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Tin marín… ¿quién es?

Creo que a todos los que fuimos desde nuestra niñez y primera juventud ratones de biblioteca, se nos quedaron grabados en la memoria algunos personajes de obras célebres, que con frases redondas -contundentes, aplastadoras- calificaron casi para siempre algunos comportamientos humanos. Uno de ellos fue Falstaff, que aparece en dos obras de Shakespeare: Enrique V y Las Alegres comadres de Windsor y que es el prototipo del fanfarrón.

Dicho señor -de nombre real John Fastolf, militar y diplomático que ayudó a aquel rey inglés en la invasión del norte de Francia y por eso esta parte de la nación gala recibe el nombre de Bretaña- dijo según el autor, que: El rumor es un instrumento de mil sonidos, que ese monstruo de mil cabezas que es la opinión pública sabe tocar muy bien. Más de 600 años después, recomiendan leer y oir a los medios de comunicación serios (o consultar a Vera), que recogen los decires de la masa enterada… y no la basura que contamina los tuiters y la mayoría de las tales redes sociales. O sea: hay rumores con bases ciertas y distintos a los chismes, alimento éstos de mentalidades mediocres, enfermizas, que prefieren… preguntarle a Chespirito.

Hace un tiempo apareció el prototipo de esos enfermos mentales, que recogió a casi todos sus compatriotas de la extrema derecha con las mentiras que repite por decenas todos los días desde su tuiter. Este sujeto con su talante soberbio endulzó a los que tienen sus mismas condiciones mentales, con actitudes que lindan con las de un dictador, enfrentando burdamente y con mucha violencia verbal a los que no piensan ni actúan como él. Pero como no hay mal que dure una centuria ni cuerpo -aún el social- que lo resista (¿quién se inventó esta frase?), logró también que esa otra parte de su país que no comulga con sus creencias ni actitudes, se organizara para rechazarlo. Espero que sean mis lectores los que adivinen en cuál país nació, vive y atormenta el personaje referido en esta descripción, porque tipos como éste… ya se dan silvestres en todo el mundo. Tin marín de dos pingüé.

Y siguiendo esa lógica aquí descrita de preguntarle a los que saben de qué hablan -los voceros de quienes piensan con sus cabezas y no con el celular-, una firma encuestadora acaba de solicitar su concepto a los líderes de la opinión pública (ignoro si sumados los columnistas de los medios de comunicación serios a los dirigentes gremiales también consultados llegan a las “mil cabezas” de que hablaba Falstaff); todos ellos escogieron a los senadores de la República más destacados -encabezados por Jorge Robledo- y los seis primeros… son opositores a este gobierno. En séptimo lugar asoman tímidamente la cabeza, la carnita y los huevitos del jefe del presidente. Vea pues. Salió a flote una verdad de a puño, que era desde hace rato apenas un rumor serio.

En la misma encuesta y ante la pregunta de cuál noticiero de un medio radial es de su agrado, la mayoría contestó que el de Caracol y muy cerca se ubicó BluRadio. Yo hubiera votado por esta cadena, que lleva al aire mucho menos tiempo. Allí hay excelentes comentaristas con pluralidad de conceptos (Pedro Viveros, Héctor Rivero, Álvaro Forero, Aurelio Suárez, Felipe Zuleta y varias mujeres) de quienes recibimos noticias de última hora y se aprecian otros puntos de vista, aunque al ex sacerdote Linero se le olvida que ya no está en un púlpito, porque casi siempre parece “echándose un sermón”. En tercer lugar se ubicó Voz Populi, agradable programa de noticias y de humor de esta misma cadena, con los mejores imitadores de personajes conocidos del país, desestresándonos todas las tardes.

DON GUILLERMO CHESPIAR (para decirlo en castellano), junto a nuestro Don Miguel De Cervantes Saavedra, marcaron un rumbo a la civilización occidental y son, por eso mismo, referentes obligados.

«CHESPIRITO», cómico mejicano que enseñó el matoneo, con bofetadas y gritos en cada emisión. Supuesto programa infantil, con su violencia fue pésimo ejemplo. Y el plagio al nombre del escritor inglés y al tema musical (que es de Beethoven) son burdos. | Foto. Televisa

Coletilla 1: Se le cayó el andamiaje a Trump. Le tocó salir del cómodo closet de su despacho, que quiere volver su vivienda permanente, porque los resultados en varios de los Estados que votaron hace cuatro años por él le desfavorecen y sus locas demandas no han surtido el efecto que espera. Solo una de esas circunscripciones electorales tiene menos del 5% de diferencia con Biden que exige un recuento de votos. En las otras cuatro la mayoría del candidato demócrata superó esa cifra. Y en ninguna se han detectado los fraudes que alega el perdedor. Ya varios de sus copartidarios, comenzando por nadie menos que el ex presidente George W. Bush, no solo han reconocido el triunfo de su rival sino que hasta lo han felicitado. Inclusive China aceptó que Biden es el presidente electo. El resultado final ya llegó al “puerto seguro”, que es el modismo empleado por los gringos: 306 votos contra 232. Aquí decimos… “ya no hay tutía”.

Coletilla 2: Más que triste, vergonzoso el reciente cambio de dirección en la revista Semana. Pudo más el dinero (y quien sabe qué más) que la inteligencia y la experiencia de los periodistas que desde hace décadas orientaban esa publicación. La renuncia casi colectiva -desde los columnistas renombrados hasta los jóvenes aprendices- es la digna respuesta de los que no se dejan “seducir”. Excelente ejemplo. A la nueva mandamás, periodista muy cuestionada, le va a quedar imposible hacer olvidar este atropello a la independencia de un medio de comunicación social, como tampoco se olvida el porqué salió como pepa de guama de RCN (radio y tv). Ella nunca ha sido, precisamente, ejemplo de periodismo decente.

Coletilla 3: Hasta mediados de la semana pasada en esta pandemia iban 1.350 contagiados en Cartago (o sea el 1% de su población) y 50 muertos. Observo en mis pocas salidas que la gran mayoría de los que caminan por estas largas calles usa tapabocas y solo hay aglomeraciones en el Parque de Bolívar y a la entrada de los bancos. Me cuentan que en algunas partes sí hay jóvenes en rumba casi permanente. ¿Qué hacen las autoridades de policía? ¿Qué opina el alcalde?

Nota aclaratoria
Las opiniones de los columnistas son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.

Gustavo García Vélez

Cartagüeño raizal, bachiller del colegio Liceo Cartago, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, ex concejal liberal de Cartago, comentarista público desde hace más de 30 años en medios impresos y radiales.

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