“La plata no sale de los árboles” es la frase acertada por lo descriptiva, que expresó un comentarista radial en el debate iniciado con la radicación del proyecto de ley de reforma tributaria que el gobierno presentará al Congreso en esta semana. Ya se conocen las opiniones del grupo de especialistas a los que se les encargó hace meses señalar cuáles serían las mejores vías en la consecución rápida de los dineros que se necesitan para llenar los huecos fiscales que deja la pandemia, en especial lo que se requiere en la entrega de las ayudas a los necesitados que perdieron sus empleos.
Ese es un debate decisivo para conocer al final de las cuentas si el nuestro es un Estado Social de Derecho que asume la solución de las mayores necesidades de los gobernados, en especial la prestación de los servicios de salud y educación; o si, por el contrario, los mandatarios se hacen los “manuelos” y esperan que los grupos económicos les ordenen cómo sería la cosa. El actual presidente (que no es castro chavista) ya dijo que se inclina por acudir a quienes tienen más ingresos y no a las clases medias y populares. En este sentido las mega pensiones -más de siete salarios mínimos- serán las que paguen más impuestos. Y además se ordenaría que los dueños de las industrias le den su cuota al fisco nacional de sus propios peculios y no de las acciones que tienen en las mismas.
Esa es una decisión conjunta de las tres ramas con las que toda democracia funciona: el ejecutivo presenta el proyecto; el congreso lo debate y puede modificarlo de acuerdo con las opiniones mayoritarias de sus integrantes; y las Cortes deciden sobre su constitucionalidad. En esta etapa pre-electoral a los políticos no les conviene que los que votan se les alboroten si los “clavan” con una cascada de impuestos y por eso se espera que la mayoría quede satisfecha -o al menos resignada-, aceptando que se necesitan con mucha urgencia estos recursos extras. Será este un momento histórico, porque se consolidarán las ideas progresistas nacidas desde la llegada al poder de las conquistas liberales.
Es que hasta en los gobiernos conservadores europeos ya se marca esta tendencia. Por ejemplo, en Alemania los grupos económicos ofrecieron ayudar con las vacunas y la canciller Ángela Merkel (quien es de derechas) ni siquiera les ha contestado. El que se ha hecho el “manuelo” aquí es el ministro de salud, muy reticente ante ese casi ruego de los privados y por eso el presidente de la Andi ya se vio obligado a decir públicamente que el ofrecimiento de colaborar con las vacunas… no es un negocio para llenarse de plata y que lo que quieren es colaborar con la logística en la distribución de las vacunas compradas por el gobierno. Tan queridos, ole.
Este refrescante aire de pleno sentido común recorre todo el congreso y los despachos de los funcionarios del Estado. El proyecto de reforma constitucional redactado por la Federación de Departamentos, que fue avalado por dos docenas de congresistas para poderlo radicar y que buscaba la ampliación de sus períodos, además los de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, fiscal, procurador, contralor y hasta el del presidente de la República, fue retirado porque varios de los firmantes representantes y senadores adujeron que no estaban de acuerdo con todo el texto o que no lo leyeron. La verdad es que la roncha que causó en la mayoría de los ciudadanos los obligó… a mirar para otra parte. Engañifa, fue el muy castizo calificativo de un comentarista radial.
Que tiempo tan perdido el de los directores de esa institución, que dice representar los 32 departamentos, las divisiones administrativas de este país. Mejor se hubieran dedicado a recorrerlos para oir la voz de los provincianos que en este país somos mayoría y que clamamos por el nuevo ordenamiento territorial aprobado por la Asamblea Constituyente de 1991 y que es una orden de nuestra Carta Magna. Las Regiones y las Provincias están esperando hace tres décadas que su reaparición institucional se produzca, entre ellas la nuestra que reúne a los 18 municipios norteños, donde se mezclaron paisas que llegaron de Antioquia acosados por el hambre con los caucanos que aquí estaban y que con solo estirar la mano… cogían guayabas. Es que aquí los árboles sí daban hasta plata.
Coletilla 1: A quienes recibimos como la mejor de todas las herencias el idioma castellano, nos emociona que uno de nuestros nuevos cantantes y en el más afamado de los programas de la televisión gringa utilice la lengua madre para entonar su canción. Camilo es su nombre y tiene un estilo muy peculiar que gusta a las nuevas generaciones. El porcentaje de latinos allá es muy alto. Hasta su bigote a lo Salvador Dalí, el pintor catalán… es un mensaje muy subliminal.
Coletilla 2: En las elecciones de hace algo más de un año, el candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid fue el que más votos obtuvo. El partido “Ciudadanos” prefirió hacer alianza con el P.P. en esa ciudad y en otras, eligiendo a una señora para ese cargo en la capital de España. La semana pasada los sacaron a las patadas de ese gobierno, porque denunciaron la corrupción imperante, aliados con el partido que antes habían despreciado. Las vueltas que da la vida.
Coletilla 3: Y mientras se buscan recursos para ayudar a los más necesitados, esta semana se supo que en todo el mundo se pierde el 17% de la comida, inclusive en los países más pobres de África. Las mayores cantidades de este desperdicio las aportan los grandes supermercados, que cambian permanentemente los productos alimenticios que venden. Una de las soluciones pueden ser los bancos de comida, como el que existe en Cartago liderado por La Corporación Diocesana que dirige Monseñor Jairo Uribe Jaramillo.
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