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Cuando la tormenta pase

Cero y van diez meses. Durante todo este tiempo el bicho ha puesto a reflexionar al mundo entero y son ya millones las palabras empleadas en tratar de explicarlo. Al comienzo fueron términos técnicos -químicos- para describir qué es eso, cómo, cuándo y dónde apareció, pero después llegaron muchas frases emotivas buscando la ayuda sicológica que se necesita por los encierros y las noticias del número de víctimas.

Salió a flote la sensibilidad en personas que no sabían que la tenían tanta. Es el caso del cubano residente en Miami, Alexis Valdés Gutiérrez, de 57 años y que el 21 de marzo del año pasado, cuando apenas estaba mostrando su horrible rostro semejante problema mundial, publicó un escrito titulado “Esperanza”, que inundó las redes sociales. Al mes siguiente por la calidad del poema, se dijo que era de Mario Benedetti, lo que fue negado por la fundación que conserva la memoria del escritor uruguayo. El Papa Francisco se enteró de su existencia y llamó al autor para felicitarlo. Valdés nunca había escrito un poema y su actividad estaba circunscrita a los espectáculos pues es actor, cineasta, humorista, guionista, productor, compositor e intérprete y su fama no trascendía del ámbito cercano.

Este es el texto completo:

Cuando la tormenta pase
y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.

Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan solo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.

Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Ya no tendremos desidia
seremos más compasivos.

Valdrá más lo que es de todos
que lo jamás conseguido.
Seremos más generosos
y mucho más comprometidos.

Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos.
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.

Extrañaremos al viejo
pues pedía un peso en el mercado
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.

Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.

Y todo será un milagro
y todo será un legado
y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.

Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos vuelvas mejores
como nos habías soñado.

Esperanza

Alexis Valdés

SIN LA CARA TRADICIONAL DE LOS POETAS – con miradas perdidas, greñudos y haciendo mala cara-, Alexis Valdés nos muestra su alma transparente. Su nombre quedará grabado en nuestras mentes, así como su mensaje está ya en los corazones de los que hablamos en castellano.

Casi un año después, lo estoy oyendo en la voz de un locutor de Blu-Radio que lo transmite cada media hora como mensaje institucional grabado, aunque con solo cuatro de sus once estrofas. Para mí es el mejor testimonio del trance que sufrimos y dándole el título con su frase inicial como lo decidieron muchos de los que lo oyeron, lo comparto a los lectores, especialmente con quienes ya entregaron sus parientes a este mal. Creo que su lectura es un bálsamo… que hace más llevadera la tragedia. Su efecto puede ser similar al producido en el ánimo de los creyentes cuando oran, porque este poema es eso: una oración, escrita con el alma por alguien que de normas literarias sabe poco.

Coletilla 1: Se van desgranando de esta vida amigos y amigas, víctimas del bicho infernal. El 8 de diciembre falleció en Rionegro (Antioquia) doña Inés Velásquez, madre de mis amigas Betty y Connie Arcila Velásquez. Y el pasado miércoles, en Estados Unidos el siguiente fue el ex magistrado y ex presidente del Consejo de Estado y del tribunal de distrito judicial de Buga, integrante de la Academia de Historia de esa ciudad, abogado Amado Gutiérrez Velásquez, a quien conocí desde mi infancia pues fuimos vecinos pared de por medio en el barrio Guadalupe de Cartago. Que descansen en paz y que sus deudos encuentren la consolación que les deseo de todo corazón.

Coletilla 2: Con un protocolo que asombra, la cámara de representantes gringa entregó al senado el texto de su denuncia contra Trump por supuestos delitos. Varios de esos representantes (algunas mujeres incluidas) entraron en fila india -como estudiantes de primaria- al recinto senatorial y, luego de escuchar de pie y muy estirados la lectura por el secretario de la cámara alta de las conclusiones del documento que llevaron, salieron por donde entraron, casi marchando. Esperar quince días mientras todos los secretarios de Joe Biden se someten a su ratificación por ese mismo congreso, como también de darle tiempo al reo para que diseñe su defensa, es lógico. Confiamos que allá no pase como aquí: llevamos muchos años esperando que salga alguna cosa de la investigación sobre los sobornos de Odebrecht para obtener contratos de construcción de carreteras nacionales.

Coletilla 3: Un anuncio con sabor a comida guardada en la nevera, trasnochada: que el 20 de febrero comienzan las vacunas contra el bicho, pero no dijeron cuándo llegan… si es que los laboratorios cumplen. Las encuestan dicen que el 40% de los colombianos no quieren recibirla y con los procedimientos paquidérmicos de la burocracia es muy posible que el otro 60% que ha dicho “sí”, tenga que esperar meses para que lo chucen. No sé todavía si lo quiero o lo querré. Y no recuerdo si antes en algún momento “lo querí”.

Nota aclaratoria
Las opiniones de los columnistas son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.

Gustavo García Vélez

Cartagüeño raizal, bachiller del colegio Liceo Cartago, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, ex concejal liberal de Cartago, comentarista público desde hace más de 30 años en medios impresos y radiales.

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