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Los desafiantes populismos

En entrevista para un medio de comunicación nacional, el ex ministro de hacienda Mauricio Cárdenas advirtió sobre el comportamiento futuro de algunos partidos políticos. Especialmente los de la extrema derecha que, dijo, aprovecharán el cansancio de los ciudadanos ante las duras medidas gubernamentales que se han tenido que tomar para atajar las consecuencias de la pandemia, entre ellas la cuarentena obligatoria y el cierre de todas las actividades sociales.

En España ya comenzaron. Ayer sábado, esa extrema derecha aparecida en las pasadas elecciones y que antes estaba agazapada en el PP -que gobernó a ese país por varios años hasta el retorno del PSOE-, convocó a manifestaciones en toda la geografía utilizando preferencialmente desfiles automotores. Y, claro, los idiotas útiles que en todas partes existen salieron como borregos, detrás del dirigente de esa cauda de fachos, un tenebroso aparecido de última hora y que se está pareciendo cada vez más a Goebbels, el encargado de la publicidad en el régimen nazi de Hitler.

Así están las cosas: regresa el intento de manejar los asuntos públicos de una forma que se creía enterrada definitivamente al concluir la Segunda Guerra Mundial, cuando se puso en su sitio a esos criminales: el tribunal de Nuremberg. 

QUE SÍ HAY LUZ EN LA POTERNA y GUARDIÁN DE LA HEREDAD sienten todos los que reclaman pacíficamente una distribución más justa de la riqueza, con el ejemplo de DON PEDRO SÁNCHEZ, presidente del gobierno español en nombre de la social-democracia. | Foto. AFP

Claro que la «muñeca» del presidente del gobierno Don Pedro Sánchez ya se conoce suficientemente. Songo-sorongo pero sin ceder terreno, ejerce con toda propiedad su mandato ganado en buena lid en las urnas y está demostrando claridad y decisión a la hora de tomar las medidas que han sido necesarias para torear el peligro. Lo sucedido en ese país y en Italia (donde la cantidad de infectados ha sido impresionante) se debe a la irresponsabilidad de los mismos que -ahora- quieren estar en las calles. Todos recordamos que la asistencia a un partido de fútbol de miles de españoles e italianos fue el detonante que llevó a esa masificación de los contagios. Leo en facebook las noticias de la cadena SER española y compruebo que son mayoría los que no le comen cuento a los cantos de sirena de los neo -fachos. 

En nuestro país ya se le comienzan a ver las orejas a ese lobo… y las patas a la sota. Los populismos de extrema derecha e izquierda (porque este último también existe) ya gatean sobre las redes sociales, buscando apoyos entre esos ciudadanos cansados… y vocerías en los tontos que se están creyendo líderes. En esta sociedad -mayoritariamente de clases medias y populares- dan risa los comentarios de quienes se creen «hijos de papi» a los que afectaría mucho (o sea, daddy)  la redistribución de la riqueza, tan concentrada en muy pocas manos. En su ignorancia supina no distinguen entre comunismo y social-democracia y ese desconocimiento de cosas ya tan elementales los lleva a hacer el ridículo, lo que provoca sonrisas caritativas. 

Pero esas extremas nunca pasarán. Sus campañas políticas quedarán reducidas a la bulla de los pitos de sus automóviles. Los partidos políticos responsables -que no se suben en la ola del inconformismo para ganar adeptos- son muy diferentes a esos que no guían, no proponen soluciones. Solamente ladran. Y es muy distinto conducir un auto pequeño que una tractomula. Por eso, en esta hora de ahora, se necesita que los orientadores de esas agrupaciones partidistas serias saquen su lista de alternativas. Es que esta crisis desnudó lo que ya se veía por entre las cortinas: la peligrosa situación que se vive y en donde impera algo triste… y terrible. El hambre. Que se puede estar dando no solamente en las clases populares (las que sacan el trapo rojo a la puerta), que también en los estratos medios, como los de los profesionales independientes que están en medio del sándwich y no califican para ninguna ayuda del gobierno.

Y es inevitable hacer comparaciones con los vecinos. Perú, por ejemplo, que tiene más o menos el mismo número de habitantes, ha entregado a cada familia la suma equivalente a 220 dólares, mientras en Colombia sólo llega a 50 con el llamado ingreso solidario consignado a dos millones de personas, faltando un millón porque no han podido actualizar la base de datos. Y no obstante esa irrigación de recursos, esa nación, que ha sufrido repetidos brotes de populismo de derechas -como el de Fujimori y las dictaduras-, pero también de izquierdas con los rebrotes indígenas, debe estar mirando con mucha preocupación las decenas de miles de contagiados y los más de 3.000 muertos.

Coletilla 1: Innecesaria e inoportuna la serie que comenzó a transmitirse en este fin de semana por alguna red social y que trata de la vida y milagros de un ex presidente de la república. Innecesaria,porque la opinión pública está hace rato saturada de lo que en ella se dice. E inoportuna, porque el momento de crisis tan grave que vivimos no puede tener espacio para ese ajuste de cuentas. Que sean los jueces quienes nos digan que es verdad y que es mentira.

Coletilla 2: Otra telenovela de moda es El general Naranjo que, por tener ese nombre y contar hechos de la vida real, se supone que trata del conocido ex vicepresidente de la República. Lo que no se sabe es hasta dónde llega lo cierto y en donde comienza la ficción. Por ejemplo: nunca había oído que este policía estuvo presente en la toma del Palacio de Justicia por el M-19 y casi lo asesinan allí. Y me extraña el silencio de los medios radiales que pertenecen al mismo grupo de Caracol-TV: no han dicho ni pío sobre el número de personas que la ven cada noche. Es que ni siquiera han hecho algún comentario… como tampoco el muy conocido personaje de la vida real, al que encarna un actor con deje extraño y que no he podido saber si es ecuatoriano, peruano, chileno. De lo que sí estoy seguro es que no es venezolano ni mexicano.

Nota aclaratoria
Las opiniones de los columnistas son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.

Gustavo García Vélez

Cartagüeño raizal, bachiller del colegio Liceo Cartago, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, ex concejal liberal de Cartago, comentarista público desde hace más de 30 años en medios impresos y radiales.

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