Columnistas

El desestrese

El viernes se cumplió un mes del encierro por causa del bicho chino. Hemos visto al primer mandatario sereno, dando la impresión de que está tomando las medidas correctas, a tiempo y, sobre todo, a sus colaboradores. Y hay que decir que está muy bien rodeado. Me impresionan especialmente las ministras, unas señoras a las que nadie conocía y que han demostrado capacidad ejecutiva y gran facilidad para comunicar las decisiones, con lenguaje comprensible.

Dijo el ministro de salud que está por «aplanarse la curva», expresión repetida hasta el cansancio desde un comienzo y que es como el objetivo principal: no llegar a la saturación de los hospitales porque no se cuenta con los equipos necesarios, ni en calidad y mucho menos en cantidad. La alcaldesa de Bogotá acaba de decir que debe mantenerse la cuarentena -allá está la mitad de los contagiados-, porque de lo contrario se corre el riesgo de perder lo conseguido. Y recordemos que el presidente en un comienzo estuvo a su remolque, porque fue la primera en decretar medidas severas para la capital. Y ella maneja bien su propio termómetro… que no coincide con el del gobierno nacional. Parece, pues, que sí serán al menos cuarenta los días de encierro obligatorio, para todos y no solo los mayores de 70 años y los menores de 18.

Pero claro que hay preguntas para hacer, por ejemplo: ¿por qué apenas ahora se está pensando en la protección adecuada de los médicos y enfermeras que atienden personalmente a los infectados? Si son la primera línea en esta batalla… debieron de haberles entregado mucho antes las mejores armas. Pero también: ¿no ha habido improvisación en algunas de las soluciones, como el tal ingreso solidario, cuya base de datos demostró que fue hecha a las carreras, sin el suficiente criterio técnico? Y las ayudas en especie a los estratos más necesitados tampoco están llegando, como lo demuestran los cacerolazos y las banderas rojas en los barrios de las periferias.

Pero la tapa de la olla son las denuncias del Contralor General de la República: que ha encontrado aberrantes sobre costos en los mercados comprados por algunos mandatarios (gobernadores y alcaldes), lo que ocasionó el calificativo de «ratas de alcantarilla» que les dio el presidente. Algún comentarista radial expresó su desacuerdo con esto, porque dijo que la corrupción no se detiene con insultos… sino con las medidas contempladas en las leyes: denuncias con nombres concretos y sentencias de muchos años de cárcel. En fin, que gracias a los medios de comunicación tradicionales -radio y televisión- nos hemos enterado de todo lo que ha ido sucediendo, con buenos análisis de especialistas, lo que no se da en las tales redes sociales, en donde se reproducen sin ningún cuidado noticias falsas

Y lo que más se agradece son los aportes de personas que contribuyen a desestresarnos, paradójicamente en esas mismas redes, con excelentes escritos y videos. El historiador manizaleño Pedro Felipe Hoyos Körbel, cuyo dominio de temas de su predilección es la muestra de la responsabilidad para transmitirlos a quienes quieran aprender. El cartagüeño Luis Guillermo Vicuña Luján nos deleita con sus magníficos videos, que demuestran no solo buen gusto, que también un completo conocimiento de los asuntos que expone. Las páginas de genealogía han sido también una excelente terapia, que confirma la frase de Salvador de Madariaga, biógrafo de Bolívar: «Todo hombre, grande o pequeño, es suma de miles de antepasados y por consiguiente resumen de todo el pueblo en cuyo seno viene la vida«. Otro cartagüeño. Carlos Vallejo, nos saca sonrisas y hasta carcajadas cada día con sus ocurrencias, reflejo de ese tradional «humor negro» tan nuestro. Gracias a todos ellos y los seguiremos leyendo… con o sin cuarentena.

Sin necesidad de transportarnos en aterradores vuelos transatlánticos de diez horas (el vértigo me ha impedido aceptar reiteradas invitaciones a España), viajamos por toda la península mirando pueblos que difícilmente conocerán los adictos a las promociones turísticas. Recuerdo el chiste de uno de esos turistas que, en llegando a uno de los destinos, dijo: «Hoy es jueves, luego esta debe ser Bruselas». Es el criterio tonto e ignorante con el que las empresas aéreas atrapan incautos noveleros. No hay interés de investigación histórica. Ni siquiera de escuchar las diferencias entre los dejes de las muy variadas Provincias y Comunidades Autónomas. Eso sí es conocer.

CARLOS VALLEJO MURGUEITIO con su «humor negro» tan cartagüeño. El historiador y editor manizaleño PEDRO FELIPE HOYOS KÖRBEL, con sus sesudos escritos y el rescate de fotos antiguas. LUIS GUILLERMO VICUÑA LUJÁN, cartagüeño raizal, nos recuerda con sus finos vídeos épocas mejores.
Los grupos de genealogía refuerzan nuestro amor por los ancestros. Y los españoles que muestran con orgullo sus pueblos. Todos ellos nos regalan el desestrese que necesitamos en estos momentos y rescatan el valor de las redes sociales, donde opinan tantos ignorantes vomitando sus odios y estupideces… con horrible ortografía. Y leer eso sí que es una tortura para quienes nos esforzamos por escribir con más o menos propiedad, respetando las normas ortográficas y de puntuación.

Coletilla 1: La Empresa de Servicios Públicos de Cartago -EmCartago- fue desmantelada con la complicidad de algunos alcaldes corruptos. Hace años está en poder de la Superintendencia de Servicios, que nos ha enviado gerentes de otras partes y llegan con toda su tropilla… a imponernos sus decisiones. La alcaldía no tiene ya ningún mando sobre esta entidad, otrora ejemplo casi nacional. La sección eléctrica acaba de ser vendida a Pereira y uno se pregunta si la generosa medida del primer mandatario de esa ciudad pagando los servicios públicos a sus conciudadanos de los estratos 1 y 2… será asumida por los cartagüeños con los próximos recibos de ese servicio público.

Coletilla 2: La excéntrica Lady Gaga programó un show con artistas de todo el mundo para respaldar a los médicos y enfermeros que atienden a los contaminados. Otra palmadita en el hombro. Por Colombia, reguetoneros, todos oriundos de Antioquia. Los estratificaron: dos en el acto central y dos en el de relleno. No sé si hubo «suculento sobre» a los medios de comunicación que retransmitieron ese evento, que nos dio la oportunidad de comprobar… en qué quedó la música nuestra. Qué pesar.

Coletilla 3: En el Minuto de Dios apareció el viernes el mártir en su cruz. ¿Tardío aggiornamento… post García Herreros?

Nota aclaratoria
Las opiniones de los columnistas son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.

Gustavo García Vélez

Cartagüeño raizal, bachiller del colegio Liceo Cartago, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, ex concejal liberal de Cartago, comentarista público desde hace más de 30 años en medios impresos y radiales.

Deja tu comentario

Publicaciones relacionadas

[mc4wp_form id="67000"]