Con una hábil jugada política -que fue el apoyo anticipado de partidos minoritarios para otros temas diferentes- el gobierno español presidido por el jefe del PSOE, Don Pedro Sánchez, logró que el Congreso aprobara una nueva ley que reglamenta de manera diferente la educación. Como asunto central se acepta que el castellano no sea el idioma obligatorio en las diferentes comunidades autónomas, lo que éstas venían pidiendo desde hace muchos años. Esa fue la condición exigida por esas agrupaciones políticas para darle su apoyo al mandatario.
Esta no es más que la consolidación de una práctica, heredada por siglos en las partes de esa nación que tienen como lengua materna una diferente, como en el País Vasco, Cataluña, Galicia; y varios dialectos -que no han producido obras literarias y por eso no se consideran idiomas- entre ellos el valenciano, el bable de Asturias, el maño en Aragón, el caló en Andalucía. Tradición que viene desde hace muchas centurias, con la conquista del territorio habitado por celtas e íberos -las tribus originales- sometido casi en su totalidad con los soldados del Imperio Romano que hablaban el latín popular. Y por la llegada desde el centro de Europa de los visigodos y otros pueblos que aumentaron la mezcla y, por supuesto, los lenguajes, entre ellos el hablado por los reyes de Castilla, reino que con el de Aragón fue el forjador de la España conocida, por el matrimonio de Isabel y Fernando, sus monarcas.
Con el triunfo de Franco en la guerra civil española, esos diferentes idiomas fueron prohibidos hasta en el interior de los hogares. El castellano fue obligatorio en toda la nación, aunque posteriormente y con la llegada de la democracia se inició un proceso de respeto por las tradiciones, entre ellas la manera de comunicarse con sus parientes, amigos y conocidos. Este fin de semana ese tratamiento se ha consolidado y su pleno ejercicio será obligatorio a partir del próximo año. Y se aprobó también que todas y cada una de esas comunidades autónomas puedan reglamentar, según sus usos y costumbres, la educación de sus niños y jóvenes.
Para la aprobación de esta nueva ley, los dos partidos gobernantes -PSOE y Podemos- buscaron y obtuvieron el apoyo de algunas agrupaciones pequeñas que representan en esa corporación a sus comunidades, pero que fueron suficientes para derrotar a la alianza de la oposición derechista, compuesta por el P.P., Ciudadanos y Vox. Los voceros de estos partidos anunciaron demandas contra esta norma, por considerarla anticonstitucional y que atenta contra la libertad. Es esta la eterna batalla entre los que opinan que la educación es asunto meramente familiar y los que creen es un servicio público obligatorio del Estado y, por consiguiente, es a éste a quien le corresponde su reglamentación. Un buen ejemplo: los colegios y universidades privados están en la obligación de recibir un mayor número de estudiantes de los estratos populares, sin importar el valor de la matrícula.
Queda otra vez demostrada la “muñeca” del señor presidente del gobierno español. No solo logró ganar las elecciones hace dos años, sino obtener las mayorías necesarias en alianza con Podemos y ahora más votos para proseguir exitoso su mandato. Por ejemplo: la aprobación del nuevo presupuesto nacional. Y todo ésto con solo reconocer las realidades… e interpretarlas. Y a propósito de su socio, el vicepresidente Pablo Iglesias ha demostrado en las sesiones del Congreso de Diputados que es un dialéctico impresionante. Con discursos cortos pero contundentes… deja sentados a sus opositores. Es muy posible que, al terminar el mandato de Sánchez, él sea quien gane las elecciones como nuevo jefe del gobierno. ¿Será por eso que un dirigente colombiano ya demostró que le tiene miedo?
Coletilla 1: Otra que cobro: en artículo reciente y refiriéndome a las elecciones en Estados Unidos, dije que la juventud decidiría. Y los datos finales son bien contundentes: en las edades entre 18 y 29 años, votaron por Biden el 62% y por Trump el 35%, es decir, que el candidato demócrata casi dobleteó al republicano. Y entre 30 y 44 años por el primero sufragó el 52% y por el segundo, 45%. Lo dicho: millennials y centennials… le dieron su “like” a Biden.
Coletilla 2: Me cuenta un amigo que hace años el doctor Otto Morales Benítez -personaje de talla nacional- quizo conocer nuestro aeropuerto de Santa Ana, en su visita a Cartago para dictar una conferencia en el Centro Histórico. Mi amigo lo llevó hasta allá y al anunciarle a quien fungía como gerente de esa dependencia, este fulano le contestó: no me interesa en lo más mínimo conocer a ese señor. Ésa es la actitud de los que llegan a los puestos públicos solamente… a saciar sus vanidades personales.
Coletilla 3: Las denuncias del director de deportes de BLU-Radio, el caldense Javier Hernández Bonnet, en el sentido de que hubo hasta “encuellada” entre dos jugadores de la Selección Colombia ante las recientes goleadas recibidas en partidos por la clasificación al Mundial de Fútbol, demuestran que la culpa no es tanto del director técnico… sino la inmadurez de sus dirigidos. Eso ya se presentía. Los pucheros del muchachito al que se refiere ya nos daban a entender su verdadero talante.
Coletilla 4: Hace rato se sabe en dónde comienza una tormenta, pero no en que lugar y cómo termina. En cuestión de horas puede convertirse en huracán desde el primero hasta el quinto grado. Eso pasó con el que llamaron iota (letra griega, al igual que eta), que al pasar por la isla Providencia llegó al máximo de potencia. Por eso me parecen sin fundamento e injustas las críticas hechas a los funcionarios del gobierno nacional encargados de dar las alertas. Las hicieron… pero no son adivinos.
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