Cuando éramos niños, sobre todo los que somos de la generación de los 60s y 70s, nuestros padres tenían una autoridad inquebrantable y nosotros teníamos que obedecer sus órdenes de lo contrario correa era lo que sobraba.
Nuestros padres nos daban permiso de salir (cuando lo daban) y nos decían a qué hora teníamos que estar de nuevo en la casa, de lo contrario teníamos que asumir el castigo por la desobediencia.
Hoy en día las cosas han cambiado mucho en cuanto a la crianza de los hijos; pero por el tema de la pandemia, los alcaldes les ha tocado convertirse en una especie de “padres de familia” que nos dicen a qué horas podemos salir y a qué horas tenemos que estar en la casa, de lo contrario el castigo se hace sentir en los bolsillos con un comparendo por incumplir la cuarentena o el toque de queda, medidas que cada día son más rigurosas y frecuentes debido al incremento de contagiados del virus.
Hago esta comparación porque cada vez es más frecuente escuchar a los mandatarios de los municipios de Colombia decir que muchos somos irresponsables y que no cumplimos con los mandatos que buscan protegernos de contagiarnos y que contagiemos a otros.
Estos alcaldes y alcaldesas, poco les falta para que salgan a la calle con la correa o la chancla en la mano para hacer entrar a los desobedientes hijos que no acatan sus órdenes.
Pero la correa o la chancla son reemplazados por “Caza Covid” que son grupos de autoridades que salen a la calle en busca de aquellos que no obedecen e incumplen la cuarentena o el toque de queda, o los que no se ponen el tapa bocas y a aquellos que hacen de sus casas o fincas verdaderas discotecas, para castigarlos con comparendos por ser desobedientes.
Sé por mi trabajo periodístico de la fatiga de estos mandatarios que junto con la fuerza pública tratan de corregir a las buenas a estos sus “hijos” desobedientes que pese a todas las advertencias salen a la calle en busca de rumba, pero en la mayoría de veces se encuentran con el coronavirus y no la fiesta que buscaban.
Por eso les digo que los alcaldes en esta época se han convertido en una especie de padres o madres de familia que luchan por proteger a sus desobedientes y descarriados hijos.
Creo que somos muy ingratos con esos mandatarios locales que trabajan en la búsqueda de contener este virus; sus medidas son impopulares y muy duras para la economía, pero su intención, como la intención de los padres de familia es que todos estemos bien, es salvar nuestras vidas.
¡Salud amigos!
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