Una verdadera semana de pasión ha sufrido este gobierno. Nada menos que el Consejo de Seguridad de la O.N.U., en donde están sentados solamente los representantes de las grandes potencias -USA, Rusia, China, Francia, Inglaterra- ha sentenciado que se debe respetar lo acordado en el proceso de paz, especialmente en lo que concierne con la Justicia Especial. También muchos integrantes del máximo organismo de la Comunidad Europea. Como quien dice: casi nadie. Los más influyentes de este planeta.
Mientras tanto, el ministro de relaciones exteriores de Colombia trata, burdamente, de buscarle la comba a esos palos, logrando solamente continuar haciendo el ridículo, en el que viene montado desde que se posesionó. Este señor no da pie con bola. Lo de la campaña fallida a favor de Guaidó, es otra prueba. Ese oso monumental, de dimensiones catedralicias, que hizo Colombia al facilitar nuestro territorio para intentar derrocar a Maduro con un concierto musical en Cúcuta, esperando que millones de venezolanos salieran a las calles para recibir las toneladas de alimentos que cabían en cuatro camiones… es el colmo de la idiotez.
Como también es idiotez la fallida maniobra del embajador de Estados Unidos al presionar, con sendos desayunos, a los representantes a la Cámara que esa semana definían las objeciones al reglamento de la JEP; y hasta a los magistrados de la Corte Constitucional, quienes no le aceptaron los huevos pericos que les ofreció. Y aquí se observa, de bulto, la doble moral gringa, pues mientras en las Naciones Unidas su representante declaraba a favor de esa justicia especial en Colombia… el vocero de ellos en nuestro país decía otra cosa. Y a uno de sus más altos secretarios se le invitó para que, desde la misma frontera con el vecino país, continuara con las amenazas y los insultos.
Afortunadamente, la paliza -verdadera muenda- que la inmensa mayoría de los integrantes de la Cámara de Representantes le dieron a las intenciones torcidas del gobierno de comenzar a desmontar la JEP, fue el campanazo que la democracia liberal colombiana -talante predominante en el congreso- está dando para que se entienda cuál es la verdadera vocación de casi todos los habitantes de este país. Eso están demostrando también las encuestas hechas para conocer “el pensado” de los ciudadanos. Y gústeles o no a los enemigos del proceso de paz… tendrán que aceptar la voluntad de esas mayorías.
Y en esta semana que comenzamos, es ya segura la negativa de la mayoría de los senadores a las pretensiones gubernamentales de acabar con la Justicia Especial para la Paz. Esas cuentas parecen ya muy claras, pues la alianza del Partido Liberal, Cambio Radical y la U es definitiva en ese sentido, con el respaldo del Polo, los Verdes y los otros partidos de oposición. Sobra decir que les está quedando muy cuesta arriba a los amigos del inmaduro presidente que tenemos… salir a defenderlo. Sus metidas de pata son ya imborrables. “Santas pascuas” es la expresión que significa: “no hay más remedio que conformarse”. Que… se acabó. Que “no hay tutía”.
La noticia de la unión -al menos para este mero efecto- de líderes que salieron del Partido Liberal hacia otras toldas políticas, reconforta. Es el mejor síntoma de que subsiste el sentimiento heredado de aquellos que siempre lucharon en contra de todos los extremismos, fueran de derecha o de izquierda. Y esperamos que la lucidez se mantenga a la hora de la escogencia de los próximos mandatarios, comenzando por el candidato presidencial. Colombia no aguanta otro “doctor aguacate”, como le decían a un dirigente caleño… a quien maduraron con un periódico de propiedad de su familia.
Pascua florida viene, pues, para el futuro de Colombia. Estamos pensando con el deseo… pero también con la realidad objetiva. Estos hechos narrados lo comprueban. La imposición desde el congreso de la república de la sensatez en la proyección del futuro -apoyado en las enseñanzas de nuestro inmediato pasado-, serán la garantía de que nuestra democracia subsistirá… con todos sus defectos. Pero esto es mucho más deseable que lo que a veces apareció. Esas orejas de lobo, esas patas de la sota… nada bueno le auguraban a nuestro país.
Coletilla 1: El descubrimiento de un agujero negro a 55 millones de años luz de la Tierra, no solo es la prueba de que Einstein tenía toda la razón. Es la comprobación de que, así pasen décadas o centurias, la verdad se impone. Ya no es, pues, una teoría, una hipótesis, contra la cual se esgrimieron posiciones adversas. Es un hecho científico. Quede como consuelo para todos los que sienten que… nadie les para bolas. Incluyendo a casi todos los comentaristas públicos, claro.
Coletilla 2: Me llama la atención la propuesta del candidato a la alcaldía de Cartago, ingeniero Benjamín Agrado Restrepo, en el sentido de recomponer el tejido social de la ciudad. Aquí eso se necesita, no solo porque con la emigración hacia el exterior de cabezas de familia estas se disolvieron -y a sus hijos solo les interesan los celulares de última generación y la ropa de marca en que gastan lo que les mandan-, sino porque con lo contrario, la inmigración de ciudadanos (que ni siquiera saben en donde queda la Casa del Virrey, por ejemplo), no hay sentido de pertenencia. Y así no se puede. Esperemos a ver si el candidato sí puede sacar tiempo para tomarse un tinto conmigo… y ampliarme su idea.
Gustavo García Vélez
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