El punto esencial en las discusiones para diferenciar el socialismo del capitalismo mondo y lirondo -salvaje le dicen ahora- es la prestación de los servicios básicos de la salud y de la educación. Los seguidores de esta última tendencia alegan que se debe privilegiar a los privados, mientras los primeros defienden esas actividades como responsabilidad exclusiva de los Estados, de cada gobierno.
Esta misión estatal es -en mi concepto de militante liberal- apenas lógica, pues el contrato social que se supone aceptado desde el mismo momento en que la democracia entró a la arena política (luego de la hecatombe de los reyes absolutos) diferenció claramente las obligaciones del gobierno y de los particulares en la solución de los asuntos públicos. Es obvio que el Estado las tiene y no puede ser apenas… parte del paisaje, un decorado para descrestar demócratas.
En la educación, encuestas hechas en el mundo occidental demuestran que las universidades públicas en Colombia son muy buenas, rayando en la excelencia. Es el caso de la Nacional, para dar solo un ejemplo, que es seguido por otras en todo el país, especialmente las de Antioquia. Los colegios de primaria y bachillerato públicos en su gran mayoría también prestan ese servicio con eficacia. Pero en la salud sí hay más cuestionamientos… y muy graves. Este asunto de la pandemia lo ha demostrado. La compra, llegada, distribución y aplicación de las vacunas ha sido todo un caos en las manos de los gobernantes.
Pero en esto sí hay que buscar el ahogado río arriba, porque en la reforma hecha hace unos años para entregarle a los particulares (siguiendo el ejemplo de Chile) el servicio de la salud, se cometió el más garrafal de los errores: se aflojaron los resortes estatales y a la salud pública… prácticamente se la llevó el diablo. Con el Sisbén como auxilio a los menos pudientes -creado en un gobierno liberal de querencias hacia la izquierda- se intentó equilibrar las cargas y el resultado es bueno, no obstante que fueron incluidas personas que no necesitan ese subsidio pues tienen recursos suficientes. Para arreglar eso, se pretende ahora depurar las listas y pasar del tercero al cuarto Sisbén en el mes de marzo. Se supone que visitarán a todos los que figuren en las bases de datos, porque no de otra manera podrán establecer las realidades de sus necesidades.
Y que irresponsabilidad enviar por tierra vacunas de Bogotá a Ibagué, teniendo el gobierno una completa flota de aviones de todos los tamaños. Los medicamentos se calentaron y es probable que se hubieran dañado. Eso mismo podría pasar con las que manden de Cali a Cartago. Y que abuso citar a los mayores de 80 años, para dejarlos “metidos” a la temperatura ambiente de la madrugada, sentados en el andén. Para rematar, hasta el viernes no se conocían las causas de las fallas en el envío a Medellín y otras ciudades, que se quedaron con los crespos hechos y las sedes de las IPS vírgenes del vacunal olor.
Para resumir: no solo en la compra de las vacunas ha habido algo así como un baile sin pareja, sino que su misma llegada fue objeto de un show que le quitó la seriedad que ese acto debió tener. Y con el anuncio de que China nos vendió otro millón de dosis, su aplicación se nos antoja una novela de terror, o mejor, una invasión amarilla, que ojalá no sea tema en las próximas elecciones y calificada como apoyo a lo que llaman castro-chavismo.
Ya llevamos un año en esta crisis que es mundial. Que el Supremo Creador nos ilumine para terminar de la mejor manera la pandemia… que parece estar ya terminando. El viernes pasado los contagiados fueron 3.567 y los fallecidos 122, cifras muy inferiores a las que tuvimos en enero y la primera quincena de febrero. Y mientras tanto, las empresas gringas que producen las vacunas se están rompiendo el coco y ya anunciaron otras para detener las cepas aparecidas en Brasil y Sur África, que necesitan una temperatura más asequible y no el frío polar de las iniciales. Pregunto: ¿qué pasa si no entra a nuestro país ninguna de esas nuevas variantes? ¿Será que el virus original llegado de China… se está despidiendo y no necesitaría vacunas?
Lo que sí se puede afirmar es que, afortunadamente, del ministro de salud colombiano no se conoce ninguna jugarreta, como las de los mismos funcionarios en Ecuador, Perú y Argentina que fueron obligados a renunciar en medio de escandalosas denuncias, pues los acusaron de favorecer a sus familias y partidarios por encima del resto de los ciudadanos. La condición humana es débil y ellos se han defendido aduciendo sentimientos de solidaridad con sus allegados más cercanos.
Coletilla 1: Manizales se dejó contagiar y sigue enfrentada con Pereira en ser las primeras de cualquier cosa. TeleCafé publicó la noticia emanada de una encuesta, que calificó a la capital de Risaralda como la ciudad más segura de todo el país. Quien dijo miedo. Al día siguiente dieron la misma opinión sobre ese aspecto, pero la ganadora fue… la capital de Caldas. Un surtidor de alegría.
Coletilla 2: El socialista Don Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, está demostrando que es el campeón de billar a tres bandas. Tiene como incómodo socio al partido Podemos, de izquierda muy definida, pero está en que coqueteos con el derechista P.P., que es su rival. Vea pues. Me parece verlo vestido de torero, citando al animal con el capote rojo desplegado. Y ole…
Coletilla 3: Sigo sin entender las enormes diferencias de cifras en los falsos positivos entre las que se conocían tomando como fuente las oficiales, de una parte; y de la otra las que dio la JEP, que acudió a las bases de datos de ONG´s. ¿Cómo es posible que haya tenido que pasar tanto tiempo para conocer eso?
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