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Puzle constructivo: Bien-estar

El siguiente escrito hace parte de una serie de pequeños ensayos que llamo los puzles constructivos, los cuales buscan dotar de herramientas aplicables al aprendiz, para abordar desde otra óptica la aventura de vivir con mucha vitamina E: más efectiva, estimulante y edificante desde mi opinión y experiencia docente.

Primero que todo debes saber que somos seres en continua construcción y que hay un sin número de piezas faltantes por completar en nuestro interior. Cuando te des cuenta de esto, felicidades, puedes considerarte todo un aprendiz. Esta es sin lugar a dudas la primera condición para edificarte a ti mismo, de hecho, por muy expertos que seamos en una materia siempre seremos aprendices ante los ojos del creador.

Con respecto al bienestar, todos creemos tener muy claro este concepto, sin embargo, lo que te propongo no es solo tocar con tus pies la refrescante y tranquila corriente de dicho manantial, sino, lanzarte, descubrir lo que guarda sus transparentes aguas y nadar hacia un horizonte diferente, uno donde todo tu ser sienta la fresca caricia del bien-estar.

Ética y moralmente nos han enseñado lo que es bueno y malo, a pesar de ello, considero que la explicación del concepto en las escrituras es la más acertada, y no por las 613 reglas o mandamientos que allí se estipulan, de hecho, por los puzles que desde el génesis podemos descubrir y descifrar para vivir sumergidos en la bondad.

En el Génesis se cuenta que todo estaba desordenado y Dios empezó los 7 días de la creación, concibiendo desde el caos un orden a través de la asignación de un lugar y un propósito a cada elemento de la existencia. Así como Dios separó las aguas de lo seco y dio lugar a la tierra, del mismo modo, doto al ser humano de un lugar en ese espacio seco y un propósito, el de administrador de dicho huerto. Los cielos, los mares, la tierra, las plantas, los animales y el ser humano tienen un lugar y un propósito ideado desde la mente infinita de un diseñador, con un plan benigno reflejada en su creación. Por consiguiente, las cosas son buenas o malas no tanto por su naturaleza sino dependiendo de su lugar y propósito.

El fuego no es bueno ni malo, solo depende de su lugar y su propósito benigno. El fuego en el bosque no está en su lugar y tiene un propósito destructivo, pero si ese fuego estuviera en las velas de un pastel de cumpleaños, está en control, en orden y cumple el propósito benigno de celebrar la vida, no de destruirla.

El segundo rasgo de nuestro puzle de hoy es el estar, que nos habla también de lugar, del aquí y el ahora. Sin duda alguna el presente es aquel obsequio que nos brinda un orden en el caos de los eventos del tiempo, ya que exceso de ayer provocará depresión y exceso del futuro nos provocará ansiedad. La acción concentrada en el presente es la más saludable, teniendo en cuenta, sin excesos claro está, el pasado para no volver a cometer los mismos errores en el aquí y el futuro para mirar hacia dónde vamos y hacia qué dirección mover las velas en el ahora.

La invitación querido lector es edificarle al completar en su vida el puzle de bien-estar, y en efecto, conocerlo, impregnarlo y aplicarlo en su diario vivir. Todo se resume en atención, en la vigilancia constante y consciente de su presente, ese lugar de trabajo, oficina o laboratorio psicológico donde podemos discernir lo que es bueno y malo desde lo sutil; la mente, la emoción y el espíritu con las bases ejemplificadas por Dios desde la creación.

Después de ese diagnóstico presente de alguna situación de tu cotidianidad, lo que queda es decidir, porque todos lo hacemos a cada instante. Decidimos constantemente pensar, decir y hacer lo bueno o lo malo, solo que este puzle constructivo del bien-estar nos ayudará a ser más consciente del regalo que representa el hoy. En pocas palabras piensa, di y haz desde tu bien-estar y el de los demás, porque Dios nos doto con el intelecto y la responsabilidad de descifrarlo a Él y ser co-creadores del orden, como administradores con nombramiento divino de este huerto llamado planeta tierra.

Roger Sail Marín Villarraga

Oriundo de Cartago-Valle, egresado del Colegio Nacional Académico y de la UTP como Lic & Magister en Música con diplomado en docencia universitaria. Compositor, intérprete y docente por pasión, herencia y profesión. Amante de la producción intelectual creativa benigna y por ende de Dios.

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