No es de dudar que en las próximas elecciones los ciudadanos decidan también sacudirse de ese peligro. Las encuestas indican que se les volteó la torta a los que se creyeron dueños de Colombia. Que para emplear una frase también ancestral: subieron como palma… y cayeron como coco.
Un “efecto dominó” se produce en Europa. Se están modificando las relaciones de poder, con cambios sustanciales -un giro de 180 grados- en las composiciones de los gobiernos de Italia, Alemania, Inglaterra y España. Esto es la prueba de la dinámica de esos países, la respuesta pronta y eficaz a los garrafales errores en los que incurrieron los votantes al comerle cuento a los partidos de extrema derecha y la convicción de que las fake news están pasando rápidamente a la historia. Se quedaron sin armas.
Comenzando por Italia, cuna del fachismo de Mussolini, donde la mayoría de los partidos políticos se sacudieron del neo facho Salvini que escandalizó a todo el mundo con sus medidas en contra de los refugiados, demostrando un racismo que se creía extinguido de todo el continente. No es así y la prueba es que aún existen estos funestos personajes que están convencidos de que son de raza mejor, como Hitler. El nuevo gobierno italiano ha propuesto un cambio radical en el tratamiento de la inmigración, una relación estrecha con el resto de los países europeos, propuesta que -por lo demás- ha impulsado el jefe del gobierno español Pedro Sánchez, vocero de la social-democracia mundial.
En Alemania, donde el mensaje racista fue copiado por el nazismo, también se produjo la semana pasada el “tatequieto” a la extrema derecha. En las elecciones en Sajonia (la mamá de los alemanes de cepa), los partidos social-demócratas ganaron las mayorías, lo que indica un síntoma de lo que podrá suceder en el resto de los Estados de esa república federal. Es muy meritorio este resultado, pues la afluencia -sobre todo turca- de inmigrantes se cuenta por millones, que son diferentes no solo racialmente sino que practican una religión que no es la mayoritaria en Europa.
Y en Inglaterra -que también es mamá: nada menos que del respeto a la voluntad de las mayorías con la creación de la Carta Magna- se acaba de producir igualmente un remezón impensable: al “trump” que funge como primer ministro se le volteó la torta. Con miembros de su propio partido conservador, los laboristas lograron la mayoría suficiente para evitar el golpe de estado que este loco promovió, como lo fue cerrar el parlamento para impedir que se discutiera siquiera la posibilidad de salir de la Comunidad Europea con un acuerdo; o convocar a nuevas elecciones para que los ciudadanos repiensen la decisión de salirse de ella, el brexit que llaman.
Y en nuestra querida España (yo no reniego de mis ancestros), las encuestas mostradas por el diario El Mundo -que no es precisamente afecto al presidente de gobierno- nos dan la idea de lo que están pensando los ciudadanos: si son convocadas nuevas elecciones, el PSOE aumentará sustancialmente su representación en las Cortes, ya de por sí mayoritariamente amplia. Y el principal damnificado será el partido Ciudadanos, liderado por un snob que se ha dedicado a insultar a Pedro Sánchez desde su curul, creyendo que puede lograr ser el jefe de las derechas rapándole esa categoría al líder del PP, otro muchachito incapaz y petulante.
En el libro escrito al comenzar su mandato y que es algo así como la biblia de su comportamiento de militante partidista, pero sobre todo de los criterios con los que orientaría el gobierno (un acto de completa transparencia, que nunca antes había sucedido, pues los gobernantes solo escriben memorias de lo que hicieron), el presidente Sánchez propuso, precisamente, que España interviniera más efectivamente en esa Comunidad Europea e hizo un llamado a toda la social-democracia continental para el propósito de fortalecerla. Y ya, por lo visto, se están dando los resultados, lo que convertirá a España en la guía de los nuevos tiempos. Es el premio a mirar más allá de la nariz… a no tener la misma miopía que demostraron sus antecesores.
Como aquí todo lo copiamos, no es de dudar que en las próximas elecciones los ciudadanos decidan también sacudirse de ese peligro que significa la extrema derecha. Incluso ya aquí las encuestas están indicando que se les volteó la torta a los que se creyeron dueños y amos de Colombia. Que, como pepas de guama, también caerán. Que para emplear una frase igualmente ancestral: subieron como palma… y cayeron como coco.
En libro mencionado “Manual de Resistencia” Pedro Sánchez termina con este párrafo: “Si España reformara su Constitución, sería el primer país europeo que lo hiciera en el siglo XXI para adaptarla a Europa y daríamos un ejemplo de impulso y de convicción en los valores europeos. Por otro lado, dentro de España también tendría un efecto poderoso. Aquí Europa siempre nos ha hecho dar lo mejor de nosotros mismos, nos ha inspirado ideales de mejora del país, más democrático, más abierto. Nuestras ambiciones nacionales en el siglo XX han estado ligadas a la Unión Europea: primero fue ingresar y después cumplir los criterios de Maastricht para estar en el euro. No se trata de ningún experimento, sino de continuar la historia de España. Encontrándonos con Europa de nuevo, volveremos a encontrarnos con nosotros mismos (…)”. Es la voz de un verdadero dirigente, que sabe señalar caminos. Por eso afirmo que este libro es una biblia. Con una primera edición en febrero de 2019 y cuarta impresión en marzo, puso sus cartas por encima de la mesa. Con Sánchez toda Europa -y no solo los españoles- saben a qué atenerse. De ahí su respetabilidad… y el apoyo que está recibiendo.
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