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Baraja de candidatos

Con la excepción de las frutas y las verduras, los demás alimentos -como las carnes y las legumbres- se comen cocinados. Por estas latitudes no es usual ingerir crudo lo que nos sirve para nutrir nuestro cuerpo. Y tampoco el espíritu o la razón digieren bien lo que se nos ofrece… si le faltan varios hervores.

Y con esa falencia se presentan casi todos los candidatos que salen, por lo menos uno quincenalmente. Esta anormal tendencia (faltando más de la mitad del tiempo del actual gobierno) parece reflejar el cansancio, no solo de la clase política que también de los ciudadanos. Por eso -porque están viches-, es tan difícil decidir cuál de ellos nos apetece, quién puede ser el que llene el ansia por encontrar las mejores soluciones para quitarle el hambre de la inequidad social y del desarrollo económico en el que estamos, aumentada la una y retrasado el otro aún más por causa del bicho chino.

Es que colocando esa baraja de nombres -que en número casi iguala ya a la española- en la mesa de las decisiones, no aparece el rey que nos convenza. Ni siquiera la sota de bastos. A todos les faltan varios hervores para saber en definitiva cuál es su sabor y cómo terminaría esa ronda de tute. Podría ser la reina pero… anda en muy mala compañía, con gentecita de mucha “patraña”. De los otros asoma uno que se desinfló porque no se “fajardó” bien. Ex alcaldes hay para subastar. A De la Calle le falta calle, público, masa. Roy Barreras encontrará muchas barreras, entre ellas su fama de ser voltiarepas. Y con estas poquedades ya se habla de un ex ministro de salud y actual rector de una universidad privada de estrato diez.

Al menos a mí me tienen que comprobar qué fue lo que hizo este señor en su paso por el anterior gobierno al frente de una cartera tan importante. Que me la barajen más despacio. Porque la salud la entregó en el estado de coma que lo recibió y solamente logró abaratar algunos medicamentos. Su confesión de ser ateo y haber consumido LSD y marihuana no son, en mi concepto, cosas que lo demeriten. Como tampoco sería su carta de triunfo el apoyo de su tocayo de apellido, el ex presidente y jefe del Partido Liberal, con el que ya dizque ha conversado. Pero desde una columna de opinión tampoco se puede pretender que se reciban los “me gusta” que se requieren para ser elegido. Si eso fuera así… yo inscribiría ya mismo mi candidatura para el concejo y hasta para la alcaldía.

Con todos estos peros habrá que convocar una subasta, como las que se programan para ofrecer obras de arte, a ver si así al menos los votantes se interesan. ¿Quién da más? ¿Quién da más? serían las preguntas hechas a los que tienen como profesión financiar candidaturas. No sé si la puja surta efectos, porque con las aterradoras cifras económicas los presupuestos para la próxima década tienen ya una destinación específica y no hay espacio para las licitaciones ilícitas. Claro que podrían contratar a los economistas gringos que se acaban de ganar el respectivo Premio Nobel por su enjundioso análisis sobre la subasta.

Y en medio de esta falta de interés por las decisiones del actual gobierno… aparece otra vez la minga indígena. Está demostrado una vez más que el esquema mental de los aborígenes es bien diferente al resto de la nación. Ni siquiera los periodistas de noticias (y la mayoría de los de opinión), que son tan duchos en leer las verdaderas intenciones de sus entrevistados, lograron transmitir a sus oyentes, televidentes y lectores qué es lo que desean demostrar los marchantes, aunque ellos advirtieron desde un principio que no están reclamando las vías, ni los puestos de salud, ni las escuelas que tantas veces les han prometido. Que este acto es político, esto es, que piden un cambio de modelo económico y no solo de gobierno. Nada más, pero nada menos. 

Y obvio. El jefe del Estado no puede asistir a semejante juicio… que tiene desde ya sentencia anticipada. Un oso tan peludo sería más que eso: una completa irresponsabilidad, porque allí no estaríamos los 45 millones de colombianos. ¿Es eso mismo, acabar con el neoliberalismo, lo que pediría el Liberalismo Social Demócrata del que ya se habla? Pero la decisión se tiene que dar en unas elecciones y sin presiones.  

¿A CUÁL CARTA LE APOSTAMOS ? Que tute tan complicado. La actual puja de los muchos precandidatos a la presidencia de la República que desde muy temprano se están postulando, es lo más parecido al tradicional juego de tute heredado de los españoles.

Coletilla 1: Otra perla… en la Perla del Otún. Su alcalde ordenó que los perros tengan sisbén, porque son seres vivientes. Tal vez el próximo mes disponga lo mismo para los árboles. Es este un caso único -o al menos el primero- en Colombia. Muy consecuente con el síndrome de zsa-zsa del que he hablado varias veces en esta columna: con tal de ser los primeros… no les importa en qué.

Coletilla 2: Más sabe el diablo por viejo que por diablo, sabio concepto que parece desconocer el presidente gringo. Acaba de burlarse de su contrincante, el candidato demócrata Biden, con una publicidad en el que éste aparece acompañado de varios ancianos en silla de ruedas -él mismo en una de ellas- y en esos hogares para la tercera edad. Ofensiva y de pésimo mal gusto. Se le fueron los pocos votantes mayores de 60 años que le quedaban. Y eso que el copetón tiene apenas cuatro años menos. Se cree todavía un pollo. Ridículo.

Coletilla 3: Reitero lo que he pedido como televidente diario de TeleCafé: que exista un cubrimiento noticioso de los 18 municipios de nuestro Norte. Estamos en un sánduiche aburridor, porque para TelePacífico el Valle del Cauca, como siempre, sólo llega hasta Tuluá. Y para nuestros vecinos tampoco existimos, no obstante que en los créditos del noticiero del medio día aparece el nombre de nuestra Provincia. Aquí hay periodistas que pueden surtir de buenas noticias (no solamente malas) esos espacios informativos. Inclusive tenemos propuestas de desarrollo conjunto con todo el Eje Cafetero.

Nota aclaratoria
Las opiniones de los columnistas son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.

Gustavo García Vélez

Cartagüeño raizal, bachiller del colegio Liceo Cartago, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, ex concejal liberal de Cartago, comentarista público desde hace más de 30 años en medios impresos y radiales.

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