Este martes 22 de octubre, un cocodrilo de 2.67 metros de longitud fue rescatado por la CVC (Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca) y la fuerza pública en el municipio de Palmira, Valle del Cauca. El reptil, que era mantenido como mascota en el patio de una vivienda, generó sorpresa entre los funcionarios encargados del operativo de rescate.
El director de la CVC, Marco Antonio Suárez, expresó su asombro ante la situación: “Hoy en la mañana nos sorprendieron con un cocodrilo en Palmira en una casa, en un patio. Un animal de 2.67 metros totalmente desarrollado. Nos tocó acudir con fuerza pública, una cantidad de funcionarios, para poder retirar a ese cocodrilo. Por favor, a quién se le ocurre tener a un cocodrilo en un patio”. Este caso alarmó a las autoridades ambientales por el riesgo que supone mantener un animal de tal tamaño y ferocidad en una zona residencial.
El cocodrilo fue rescatado gracias a la intervención de un equipo de especialistas y la fuerza pública, quienes, con suma cautela, lograron retirar al reptil del lugar. Posteriormente, fue trasladado al centro de atención y valoración de la CVC en Palmira, donde expertos evaluarán su estado de salud para asegurar que pueda regresar a su hábitat natural.
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Tras el exitoso rescate, la CVC subrayó la necesidad de evitar que los animales silvestres sean retenidos como mascotas, destacando que las condiciones domésticas no son adecuadas para satisfacer las necesidades básicas de estos animales. El comercio de mascotas exóticas no solo representa un peligro para la biodiversidad, sino también un riesgo para la seguridad de las personas que los retienen.
Los animales silvestres, como los cocodrilos, tienen comportamientos naturales que no pueden ser controlados en ambientes urbanos. La CVC enfatizó que la captura y venta ilegal de estas especies no solo afecta su bienestar, sino que también contribuye a su estrés y deterioro físico, lo que puede generar peligros potenciales tanto para las personas como para las especies involucradas.
En Colombia, la posesión de animales silvestres en el hogar está regulada por la ley, y mantener animales como cocodrilos puede acarrear sanciones legales. Además de ser un delito, estas prácticas afectan el equilibrio de los ecosistemas y aumentan el riesgo de accidentes o enfermedades relacionadas con la interacción entre humanos y fauna silvestre.
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