La preocupación crece entre los familiares de seis jóvenes colombianas, quienes desaparecieron en México después de viajar a Veracruz para trabajar como acompañantes en eventos. Las jóvenes de entre 20 y 25 años, partieron de Colombia el 19 de septiembre con la intención de regresar tres días después, pero desde el pasado miércoles no se ha tenido contacto con ellas, lo que ha generado temor sobre un posible secuestro por parte de un grupo criminal de trata de personas.
Las desaparecidas son Derlys Dayana Paneso Taborda (25 años) y Yarlín Giraldo Soto (21 años), ambas de Medellín; Sofía Vásquez Giraldo (21 años) de Pereira; Maranyeli Michel Chacón Álvarez (20 años) de Cúcuta; Michel Daniela Morales (21 años) de Bogotá; y Layma Argenis Parra Cerquera (23 años), también de Bogotá. Las seis mujeres habían sido contratadas para un evento en Boca del Río, una localidad a 12 kilómetros de Veracruz, donde se esperaba que trabajaran durante su breve estadía en México.
Según relatos de los familiares, las jóvenes fueron despojadas de sus documentos al llegar a México y se les exigió el pago de grandes sumas de dinero para cubrir supuestos costos de estadía. Además, existe una creciente preocupación por su bienestar, pues la hermana de una de las jóvenes recibió un mensaje exigiendo un rescate de 100.000 dólares, lo que refuerza la hipótesis de que las mujeres podrían ser víctimas de trata de personas.
Las familias lograron tener contacto esporádico con las jóvenes hasta el miércoles por la noche. En uno de esos mensajes, Derlys Dayana Paneso informó que se dirigían a un evento en Boca del Río, pero desde entonces no se ha tenido más noticias de ellas. Uno de los familiares relató: «Tuvimos contacto hasta las 9:00 de la noche con Yarlín, quien mencionó que iba a un evento en un lugar sospechoso. Después de eso, les quitaron los teléfonos y no hemos podido comunicarnos más».
Los allegados de las jóvenes intentaron llamar nuevamente, pero no obtuvieron respuesta. La preocupación creció cuando la hermana de Michel Daniela Morales recibió un mensaje solicitando el pago del rescate. Se sospecha que las mujeres podrían estar encerradas y bajo amenazas de un grupo criminal en México, lo que ha generado una profunda angustia entre sus familiares.
Las familias temen que las jóvenes estén siendo víctimas de una red de trata de personas. De acuerdo con las primeras investigaciones, la persona que las llevó a México, identificada como Yésica Anahí Ramírez Marín, alias «Lilith», habría desocupado la vivienda donde estaban hospedadas las colombianas desde el miércoles y declaró a los familiares que no se hacía responsable de ellas.
A pesar de la gravedad de la situación, los familiares no han recibido el apoyo necesario por parte de las autoridades de Colombia ni de México para dar con el paradero de las desaparecidas. «Hemos buscado a la Interpol, al Consulado de Colombia en México, y a las autoridades locales, pero no hemos obtenido una respuesta», indicó uno de los familiares de Yarlín Giraldo, quien trabajaba en un restaurante antes de aceptar la oferta laboral en México.
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Desesperados por la falta de apoyo oficial, los familiares de las jóvenes desaparecidas han intensificado sus esfuerzos para obtener ayuda internacional. La Interpol y el Consulado Colombiano en México están al tanto de la situación, pero hasta el momento no han logrado avances significativos en la búsqueda de las jóvenes. Los familiares continúan tocando puertas, buscando respuestas y exigiendo que las autoridades actúen con celeridad para evitar una tragedia mayor.
Las familias de las víctimas insisten en que estas mujeres fueron engañadas bajo promesas de trabajo en México, sin sospechar que podrían caer en manos de una red criminal. «Nosotros solo queremos que las encuentren, no sabemos quién las tiene, pero tememos que estén en peligro. Ellas no se merecen esto», expresó con angustia el familiar de Derlys Dayana, quien además es madre de un hijo pequeño con el que mantenía constante contacto hasta su desaparición.
Este caso ha generado un fuerte impacto tanto en Colombia como en México, debido al creciente problema de la trata de personas en la región. Organizaciones defensoras de derechos humanos han pedido a las autoridades de ambos países que intensifiquen sus esfuerzos para combatir este tipo de delitos y protejan a las víctimas de este tráfico criminal.
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