De la sesquicentenaria iglesia San Andrés de Quinchía, construida en 1855, solo quedaron de pie su fachada frontal y las paredes laterales. Y de su mobiliario, se rescataron unas cuantas bancas que la comunidad ayudó a sacar antes que el fuego desatado cerca de la medianoche del viernes las consumiera.
De resto, el incendio, atribuido a un corto circuito en un local comercial en los bajos del templo, arrasó con todo su interior incluyendo valiosas imágenes religiosas, un hermoso vitral y la llamativa cúpula cuya reciente restauración había costado $160 millones.
El gobernador del departamento, Sigifredo Salazar Osorio, reaccionó con prontitud al enterarse del siniestro que no dejó víctimas, pero si una enorme pérdida aún no cuantificada y se trasladó a Quinchía, donde a las 3 de la mañana presidió un Consejo de la Gestión del Riesgo Departamental y Municipal, con la asistencia de la Policía, para tomar las primeras medidas por el anunciadas:
“Hicimos venir un ingeniero calculista para que evaluara los daños, trajimos maquinaria de la gobernación para remover escombros y ayudamos con unas carpas para que en la plaza se pudieran oficiar las misas y con unos plásticos para proteger algunos negocios que quedaron a la interperie”.
Luego de la inspección del ingeniero calculista, el gobernador Salazar Osorio entregó un informe final: “Perdimos la iglesia pero la buena noticia es que nos han informado que la parte del frente quedó intacta y que las paredes laterales tampoco se perdieron. Ello significa que su reconstrucción no será tan costosa como inicialmente pensábamos y que se podrá recuperar su techo y su cúpula trasera con una buen diseño”.
Por su parte, el Secretario de Infraestructura departamental, el ingeniero Luis Eduardo Ortiz Jaramillo, acompañó al Gobernador y realizó una evaluación del templo, a lo cual dijo: “estuvimos con un equipo interdisciplinario, un ingeniero estructural y el apoyo de la Secretaría de Infraestructura para evaluar el estado de la iglesia”.
“Hubo pérdida total de la estructura de la cúpula, al igual presenta peligro el cerramiento ya que es un cerramiento que tiene más de 100 años”, agregó el funcionario.
Para ello, el ingeniero informó que se va cerrar las calles aledañas al templo, mientras que la curia del departamento adelante los estudios y diseños para su reconstrucción.
En este sitio estuvo el obispo de Pereira, Monseñor Rigoberto Corredor, quien presidió el oficio litúrgico del mediodía con un altar improvisado en la plaza principal, utilizando además las bancas que lograron sacarse de la iglesia y se expresó sobre el desastre: “la comunidad siente profundo dolor porque ha quedado destruido uno de sus monumentos de la religión católica y estamos aquí para ofrecerles el apoyo a sus gentes”.
“Afortunadamente no hubo víctimas que lamentar. Todavía es muy temprano para cuantificar las pérdidas pero si la restauración de la cúpula, toda en madera, nos costó $160 millones pues podemos ir imaginando el resto de la estructura, las imágenes valiosas, los reforzamientos. Nos dijo el ingeniero que lo sucedido pudo ser peor en otras construcciones. Vamos a fijar un domingo determinado, será el día de Quinchía y estamos seguros que la gente nos ayudará en una colecta”, agregó Monseñor.
De igual manera, el alcalde de Quinchía, Jorge Alberto Uribe, dijo que espera la solidaridad de todos los estamentos para “recuperar la iglesia que es patrimonio histórico, cultural y religioso del municipio” y agradeció el concurso de los bomberos, los organismos de socorro, la Policía, la Chec, las empresas públicas y la comunidad “gracias a cuyo esfuerzo se pudo controlar el incendio”.
Para el padre Carlos Antonio Cadavid Sánchez, quien hace tres años se encuentra al frente de la parroquia de la iglesia San Andrés, dijo que “se han hecho cenizas 150 años de historia y de trabajo de un pueblo, se han perdido imágenes valiosas por su antigüedad y por su calidad, talladas en madera”.
Agregó el presbítero, que buscará el respaldo de la Alcaldía para encontrar un sitio en el cual se puedan realizar los oficios religiosos diariamente: “por lo pronto hemos improvisado un altar en el parque con carpas y las bancas que se lograron salvar”.
Las lágrimas rodaron por muchos rostros de los quinchieños, quienes vieron impotentes como el fuego arrasaba con su iglesia. Ese sentimiento de dolor se reflejó en las palabras de Teresa de Jesús Jiménez: “tengo mucha tristeza. Nací en Aguadas pero vivo hace 37 años y me siento de Quinchía. Hemos pasado por momento difíciles por los grupos alzados en armas, por la violencia común y ahora nos llega este golpe cuando pensábamos dejar atrás los días difíciles. Es desmoralizante pero estoy segura que todos nos agarraremos de las manos para reconstruir nuestra iglesia”.
Datos de interés:
El templo de San Andrés de Quinchía, Construida por Don Protasio Gómez, educador antioqueño a principios del siglo XX, en sus orígenes se hizo en madera y tapia. A principios de 1990 se inició un cambio de la fachada principal por una de concreto amarrado y mampostería de ladrillo, tratando de imitar la composición anterior.
Esta iglesia en 1948 fue epicentro de conflictos políticos durante la violencia, debido a la implicación de algunos sacerdotes en acusaciones desde el pulpito contra la ideología del partido contrario.
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