El caso de intolerancia donde un policía mató a un perro callejero disparándole en la cabeza con su arma de dotación en Armenia ha generado mucha indignación en la comunidad y asociaciones animalistas.
La dueña del canino, una habitante de la calle que vive en una casa ubicada en el guadual donde ocurrieron los hechos, entregó su versión generando indignación y rechazo total de la ciudadanía contra la reacción del uniformado.
Según el relato de Blanca Azucena Medina, dueña del animal, que tenía por nombre Jinete, fue golpeado por el policía con un palo cortado de guadua para que dejará de ladrar, acción que empeoró la situación al generar que el canino aumentará sus ladridos, aunque Blanca intercedió, el policía desenfundó el arma y le disparó en la cabeza al perrito.
Por su parte el policía alegaba y sustentaba que su reacción fue en defensa propia, mientras testigos del hecho aseguran que el animal era inofensivo y jamás pensó en atacarlo incluso cuando no paró de golpearlo.
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“Fue exagerado, pensamos que fue abusivo por parte del uniformado porque además, Blanca le pidió que pasara por otro lado para que el animal se calmara. Nos preocupa hasta qué punto un funcionario está facultado para sacar su arma y dispararle a un animal si no está atacando a nadie, cuál es el manejo que se le da al arma de dotación, queremos saber si pasaría lo mismo con una persona o si pasó por ser con un animal”, expresó la vocera animalista Diana Rodriguez.
Finalmente, Rodríguez añadió que las organizaciones animalistas están asesorando este caso para interponer las respectivas las denuncias ante Procuraduría, Fiscalía y la Policía.
En redes sociales se ha generado polémica y cientos de críticas contra el uniformado quien presuntamente le causó la muerte al canino.
Hasta el momento las autoridades solo han manifestado que están adelantando una investigación sobre el caso, con base en los testimonios, los videos y demás evidencia que logren dar una mayor claridad de los hechos, mientras la comunidad pide justicia e instan a la policía para que demuestre su interés el caso abriendo, mínimamente, un proceso disciplinario contra el uniformado.
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