La construcción de la doble calzada Calarcá-La Paila sigue siendo motivo de debate entre los departamentos del Eje Cafetero. En el reciente Foro IP Conexión Centro, realizado en Manizales, líderes políticos y empresariales de Caldas y Risaralda expresaron su rechazo al uso de recursos provenientes de los peajes de sus regiones para financiar esta obra clave en el Quindío.
La doble calzada Calarcá-La Paila es un proyecto de alto impacto que busca conectar de manera eficiente la troncal de la Línea con el Valle del Cauca y el puerto de Buenaventura. Esta vía no solo mejoraría el transporte de mercancías y personas, sino que también impulsaría el desarrollo económico de toda la región.
La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) ha planteado que la obra se financiará con recursos provenientes de los peajes ubicados en Caldas, Risaralda, Quindío y el norte del Valle del Cauca. Sin embargo, esta decisión ha generado tensiones, especialmente en Caldas y Risaralda, donde consideran injusto el aporte económico para una obra localizada fuera de sus territorios inmediatos.
Durante el foro, congresistas, gobernadores, diputados, concejales y empresarios de estos departamentos manifestaron su inconformidad, destacando que los peajes de Autopistas del Café ya representan una carga económica considerable para sus habitantes. Propusieron incluso la eliminación de tres peajes en sus regiones como medida de presión hacia el gobierno nacional.
Los líderes argumentan que las inversiones en infraestructura deben ser equitativas, recordando que en el pasado las obras de la Autopista del Café, que conecta Manizales, Pereira y Armenia, y concuerdan que aunque se financiaron con aportes de los peajes del Quindío, no se generaran protestas en ese departamento.
Uno de los puntos más destacados del foro fue la limitada representación del Quindío en el debate. Aunque estuvieron presentes funcionarios como Luis Alberto Rincón Quintero, secretario de Planeación, y Rubén Darío Castillo, secretario de Infraestructura, ninguno de ellos tuvo la oportunidad de intervenir. Además, brillaron por su ausencia los congresistas, diputados, concejales y alcaldes del departamento, lo que deja un vacío en la defensa de los intereses del Quindío frente a sus vecinos.
El proyecto no solo ha generado tensiones políticas y económicas, sino también preocupaciones ambientales. Luis Alberto Ballén, veedor de Circasia y crítico del proyecto, alertó sobre los posibles impactos negativos en el ecosistema de la región, lo que añade un nuevo frente de oposición al desarrollo de la obra.
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A pesar de la controversia, la doble calzada Calarcá-La Paila es vista como una obra estratégica para mejorar la competitividad del Eje Cafetero y fortalecer su conexión con el occidente del país. Sin embargo, la falta de consenso entre los departamentos amenaza con retrasar su ejecución.
El Foro IP Conexión Centro dejó en evidencia la creciente distancia entre Caldas, Risaralda y Quindío en temas de integración regional. Mientras la ANI define los parámetros finales del proyecto, el reto estará en encontrar un equilibrio que permita avanzar en la construcción de esta vía sin profundizar las divisiones entre los departamentos.
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