Tenemos un sueño, todos los norte vallecaucanos tenemos un sueño, un sueño hermoso que a veces no nos deja dormir y en otras, nos congela una sonrisa en el rostro, con la esperanza de verlo cumplido algún día.
Y en ese sueño ondeamos una bandera, que se me antoja blanca con una cruz verde, una bandera que flota en el aire y en las fachadas de todos los hogares en el Norte del Valle del Cauca. Una bandera que cubre el plan y las cordilleras de blanca fe y de verdes cultivos de prosperidad.
Y en ese sueño cantamos un himno nuevo de paz y de armonía que se escucha de Sevilla a El Águila, de Bolívar a Ulloa, de Roldanillo a El Cairo, de Cartago a Zarzal, de Alcalá a El Dovio, un himno norte vallecaucano con acentos paisas y libertarios; un himno de valle y montañas, con olor a café y caña y recuerdos de viejas trovas campesinas.
Y en ese sueño llamamos a nuestro departamento con el nombre hermoso de Quimbaya, y sonreímos al pronunciarlo, Quimbaya, y lo escribimos con letras de oro en el libro de la historia para que no se olvide jamás, y para que nuestros hijos y sus hijos, y los hijos de estos, lo sigan pronunciando eternamente.
Y en ese sueño todos los norte vallecaucanos estamos unidos, todos por nuestro departamento, y rodeamos a nuestros dirigentes y los motivamos para que también ellos entren en la historia como los fundadores de Quimbaya.
Tenemos un sueño, un hermoso sueño, sin duda alguna un sueño que se hará realidad en el momento apropiado y que nos permitirá vislumbrar de una vez por todas, el progreso para nuestra región y nuestro pueblo.
Pero el sueño romántico debe estar acompañado de una iniciativa política clara, que surja de la unión de nuestros alcaldes y concejales norte vallecaucanos, que represente a nuestra región y que no tenga fisuras por donde la politiquería y la corrupción den al traste con el que puede ser la gran apuesta territorial del occidente colombiano en este siglo XXI.
Hermanos Quimbayences, no tengamos miedo de soñar con la creación de nuestro departamento, ya es hora de ser lo que siempre debimos haber sido, desde que el Mariscal Jorge Robledo fundó a Cartago y a Santa Ana de Los Caballeros; desde que en la primera década del siglo XX se le dio la oportunidad a esta región de ser un departamento, oportunidad desperdiciada por líderes ingenuos y miopes.
Soñemos con el Departamento de Quimbaya porque los sueños colectivos, suelen convertirse en realidad.
Nota aclaratoria
Las opiniones de los columnistas son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.
Deja tu comentario