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Pobres y sin ingresos

Mientras la mayoría de colombianos se debaten en una aguda crisis por su imposibilidad de generar ingresos para su subsistencia a raíz de las limitaciones por el coronavirus, sorprende ver la publicación de los ingresos laborales de la senadora Angélica Lozano, ante el llamado de su pareja la alcaldesa Bogotana para comenzar a donar un mes de sueldo de los congresista para los programas sociales.

Para conocimiento pleno de lo que aquí se expone reproduzco el correspondiente recibo de pago cuya columna de ingresos es genérico para todos los padres de la patria obviamente con las diferencias pertinentes a los descuentos de tipo personal. En este caso la senadora ahorra en una cuenta para el fomento de la construcción (AFC), recursos  que no forman parte de la base de retención en la fuente del contribuyente y son rentas exentas del impuesto sobre la renta y complementarios. También se le deduce la cuota de un préstamo por libranza del BBVA que todavía debe un poco más de 158 millones. Ambos descuentos suman $10.458,000 mensuales que de no tenerlos recibiría un neto de alrededor de 24 millones.

En resumen lo devengado por cada congresista mensualmente es de $ 32.741.755 (33 millones para redondear) suma astronómica por lo numeroso de ellos, que salen de nuestros impuestos directos como renta y patrimonio e indirectos que gravan el consumo como el IVA. Artificialmente el sueldo básico es la menor de sus tres partidas, pues la prima especial de servicios que en el gobierno de Santos se interpretó como un mermelazo, tiene implicaciones salariales especialmente favoreciendo la liquidación de sus pensiones y los gastos de representación en su mayoría exentos tributariamente y 13 pagos al año con prestaciones . Eso sin contar sus múltiples y millonarias prebendas para sí y sus equipos de trabajo también pagados por los pobres contribuyentes, incluso sin trabajar como en estas últimas semanas en que no sesionaron ni presencial ni virtualmente, lo que motivó el artículo del columnista del Tiempo Juan Manuel Acevedo titulado: ¡Trabajen, vagos! Deberían seguir el ejemplo de los austeros parlamentarios suecos que costean sus propios gastos como todos los ciudadanos, sin asesores, sin carros, solo con una tarjeta para el transporte público, haciendo honor a sus principios de igualdad. Sus salarios netos después de los altos impuestos, equivalen a menos del doble de lo que gana un profesor de primaria allí.

Esta crisis por el confinamiento pone de manifiesto la real pobreza del pueblo colombiano que en buena parte vive del día a día y los únicos blindados son los del gobierno y sus funcionarios públicos.

Estos abultados ingresos y sus prebendas son una bofetada a la mayoría de los trabajadores colombianos y no ha habido hasta ahora poder alguno para bajarlos a sumas más razonables y equitativas que se compaginen con la real situación del país y los ingresos de sus habitantes. Y aunque el presidente quisiera llegar con subsidios a todos los habitantes y sectores económicos es prácticamente imposible y las arcas del estado no serían suficiente menos con semejantes cargas como las parlamentarias y la corrupción reinante.

Nota aclaratoria
Las opiniones de los columnistas son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.

Luis Alberto Duque Molano

Ingeniero Industrial UTP, Especialista en Gestión Industrial Universidad del Norte y UPV de España, Magister en Administracion Económica y Financiera UTP y estudios de Doctorado en la UPV de España. Exfuncionario de Acerías Paz del Río, docente y exdirector de Postgrados de Ing. Industrial UTP y exgerente de la IPS Fondo de Asistencia Social de la UTP, FASUT. email: albertoduque@hotmail.com

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