DESDE MI BALCÓN
Llegó el 28 de abril de 2021, y se armó el “despelote” en Cali y varios municipios del Valle del Cauca y Colombia.
Algunos dijeron que este paro era otro paro más de los cuales ya estamos acostumbrados, que duraría máximo una semana. Sin embargo (cuando escribo esta columna) vamos con 35 días de paro.
Todos sabemos lo que ha pasado, no me voy a detener en los detalles tristes de bloqueos y actos vandálicos y de miles de empleos perdidos y otros en peligro.
Quiero tocar el tema de los motivos de este paro nacional donde los jóvenes han sido más protagonistas que en otros de los muchos que se han realizado en el país.
La reforma tributaria, fue solo un pretexto, fue el “Florero de Llorente” del 2021; fue la explosión social de un pueblo cansado de tanta injusticia, de tanta desigualdad, de ver siempre a las mismas familias gobernando el país, cansados de la corrupción, del descaro de un gobierno que quiso en un momento subir los impuestos a la población más desfavorecida: la clase trabajadora, la clase media, mientras que los empresarios e industriales casi no fue tocada.
Esa reforma tributaria se cayó, porque el pueblo reaccionó contra ella en las calles.
Los jóvenes de hoy en día están más y mejor informados, son conscientes de la realidad que vive el país y decidieron pronunciarse con las protestas, lastima los actos vandálicos que deslegitimaron esta protesta social; bueno, eso es otra historia.
Me concentro es en la motivación de la protesta como tal, en el descontento de un pueblo cansado de una forma cínica de gobernar, cansados de un régimen que cada día deja mucho que desear.
No sabemos cuando va a finalizar esta protesta, ojalá no dure mucho, pues la economía está en jaque.
Pero ojalá la protesta continúe, pero en las urnas en las próximas elecciones. En el país, hay alrededor de 8 millones de jóvenes que pueden votar, pero solo participan votando alrededor de tres millones de personas. Esa apatía en participar es la que hace que en el Congreso sigan los mismos con las mismas.
Es con la participación democrática votando como se pueden cambiar las leyes y la forma de gobernar al elegir a nueva gente, con nuevas ideas.
Es participando en las votaciones cuando se puede hacer una gran transformación en el Congreso e incluso elegir presidente.
Ojalá este nuevo “Florero de Llorente” sirva para mejorar las condiciones de administración de un país que merece ser mejor gobernado y no como hasta ahora.
El problema es de todos, hay que saber elegir, hay que buscar a los mejores para que nos gobiernen y no elegir a los mismos de siempre para que nos sigan robando el presente y el futuro.
Nota aclaratoria
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