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El despelote de la salud

Bueno es recordar lo que fueron los médicos de antaño: con su sola presencia, el enfermo como que comenzaba a aliviarse. Miraban a la cara, auscultaban sacando lo que llamo el “descrestoscopio”, dedicándole al paciente… toda su paciencia.

En los años sesenta, uno de los grupos políticos era el M.R.L. -Movimiento Revolucionario Liberal- cuyo fundador y jefe fue el después presidente de Colombia Alfonso López Michelsen. Su lema era el SETT, que son las primeras letras de salud, educación, techo y trabajo.

Y no hay ninguna duda de que la salud es lo prioritario para cualquier persona. Todos hemos sufrido lo indecible cuando alguien de nuestra familia está postrado por una enfermedad y hacemos lo que sea necesario para remediar esa situación. Si existen los recursos económicos o se tiene una buena protección social, pues vaya y venga. Lo duro es cuando ninguna de esas dos facilidades están entre las del enfermo. Y aquí la cosa se pone del color de las hormigas.

Uno no entiende, entonces, porqué en Cartago se está ensillando antes de traer la bestia. Porque eso es lo que sucederá cuando, por orden de la Superintendencia de Salud y por las presiones de la gobernadora del departamento, la EPS “Barrios Unidos” tenga que suspender sus servicios en esta ciudad y hasta en todo el resto del Valle del Cauca. Se sabe que no han sido de los mejores, por causa no sé si de la desidia de sus administradores… o por el hecho de que los afiliados del Sisbén inscritos en otras de las EPS que fueron cerradas la congestionaron, porque cientos, miles de ellos tuvieron que ser transferidos, precisamente, a “Barrios Unidos.

La preguntas obvias son: ¿cuándo, cómo y a cuáles otras EPS serán trasladados los miles de afiliados a “Barrios Unidos”? ¿Se realizó un estudio serio y con la debida anticipación de las consecuencias de esta medida? Porque de no ser así, este ejemplo será uno de los más graves en toda Colombia, sumados a los ya conocidos de Medimás y otras empresas creadas con la ley que puso patas arriba el servicio de salud y que la volvió un negocio particular. Para los movimientos de centro-izquierda, como lo fue el de López Michelsen, la salud es una obligación del Estado, que debe ser ofrecida y cumplida por los gobiernos, no por los mercachifles de las necesidades de los ciudadanos.

Y es increíble que, todavía, el Hospital de Cartago -que ha pasado por todos los viacrucis habidos y por haber, por muchas reformas administrativas tratando de encontrarle los tres piés al gato- no tenga el tercer nivel que requieren para las cirugías personas que, por lo delicado de su salud, necesitan de un procedimiento más riguroso. No se trata de echarle la culpa a alguien en particular, pero es injusto que una ciudad de nuestra categoría -y los 17 municipios que la rodean- no cuenten con un hospital de tercer nivel. Y que haya que viajar a ciudades vecinas para tener las consultas con especialistas, caso los endocrinólogos, que tampoco es que sean unos marcianos difíciles de conseguir en toda la galaxia.

Bueno es también recordar lo que fueron los médicos de antaño: con su sola presencia, el enfermo como que comenzaba a aliviarse. Miraban a la cara, auscultaban sacando lo que llamo el “descrestoscopio”, dedicándole al paciente… toda su paciencia. Hoy, los galenos atienden a las carreras, mirando un computador. Pero no es su culpa, que sí la tiene la ley que modificó la prestación del servicio de salud en Colombia, porque exige unas tarifas en el número de consultas para el pago de los médicos. Y ellos, claro, también tienen sus obligaciones con sus propias familias.

¿Cuál es la solución para este despelote? “Nian se sabe, peladito”, como decían en un programa de la televisión de antaño. Y me pregunto: ¿qué fue lo que logró el anterior ministro de salud, que salió aplaudido de ese cargo? Porque la verdad es que su “milagro” no se nota. Y en Cartago estamos comprobando… lo que oímos por la radio y vemos en las pantallas diaria y nochemente.  

Yo que soy siempre “taaan” desconfiado, quiero hoy hacer públicamente esta pregunta: No es por nada ni mucho menos por nada, pero ¿es cierto lo que dicen por ahí… que hay muy fuertes intereses económicos, con respaldo político, que quieren echarle mano al Sisbén en Cartago? Que respondan los que saben de eso. Mientras tanto sigo recordando el lema del M.R.L.: SETT. Salud, educación, techo y trabajo. Porque esas deben ser -tienen que ser- las prioridades. Eso se lo dejó -creo yo- como legado López Michelsen al Partido Liberal, que es de centro-izquierda y alguna vez hasta estuvo afiliado a la social-democracia mundial.

Hablando de partidos social-demócratas, en España el jefe del PSOE, Pedro Sánchez, que es el presidente del gobierno en esa monarquía constitucional, ha dicho que los social demócratas construyen, mientras que la extrema izquierda destruye. Esto como respuesta a la desinformación que los partidos de derecha, aupados por los medios de comunicación que los representan, han difundido. Las falsas noticias, esparcidas como plaga a través de lo que llaman redes sociales, son el mecanismo artero que usan esos charlatanes políticos.Quien esto escribe milita en ese Partido Liberal, el mismo de los ex presidentes Lleras y de Galán. Fue en el Nuevo Liberalismo -fundado por este último para rescatarlo de la decadencia en que estaba- que encontré las respuestas a los problemas casi ancestrales de Colombia y fui elegido como concejal de mi ciudad. Desafortunadamente, esa posibilidad de enrutar a nuestro país por mejores vías se frustró con el asesinato de Galán. Pero esa es otra historia… que tal vez recuerde en alguno de estos comentarios.

Gustavo García Vélez

Cartagüeño raizal, bachiller del colegio Liceo Cartago, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, ex concejal liberal de Cartago, comentarista público desde hace más de 30 años en medios impresos y radiales.

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