En los últimos años ha aumentado el consumo de pescado fresco o en conserva, pues, los consumidores buscan productos sanos, bajos en grasas saturadas y ricos en ácidos grasos omega-3.
Igualmente buscan productos fáciles de preparar, higiénicos y seguros pero sobre todo, que conserven durante más tiempo sus bondades.
Los pescados y otras especies del mar en conservas son económicas de precios y fáciles de almacenar.
El pescado en conserva previamente ha sido procesado, sometido a calor y sellado en un recipiente hermético que generalmente es una lata.
Pero enlatados o en frascos de vidrio herméticos, son una forma muy confiable de conservar sin perder sus nutrientes.
El enlatado es un método de conservación del pescado y otros tipos de alimentos, a los cuales les proporciona una vida útil típica de uno a cinco años.
Además, es una forma fácil y rápida de consumir pescado en general fuera de su temporada, pero especialmente algunas variedades como el bonito o las anchoas.
Beneficiosos a la salud
Sin dudas que las conservas de pescado son saludables, siempre y cuando se tomen en cuenta algunos consejos para su consumo, y se conozca cuáles son los cambios nutricionales que se pueden dar con ese alimento.
Generalmente los minerales que contiene una lata de cualquier especie del mar en conserva, son los propios de cada una de ellas y no se pierden y por contrario, siempre se gana.
Es el caso de las sardinas que en lata triplican su contenido en calcio. Son rápidas de prepara y además aportan y potencian variadas propiedades nutricionales.
Una de las principales ventajas en esas presentaciones, es que logran mantener las grasas, proteínas, hidratos de carbono y los minerales.
Tampoco pierde vitaminas al ser expuesto a altas temperaturas, durante el proceso de esterilización.
Indispensable en la dieta mediterránea
Igualmente el pescado en conserva es un alimento saludable y forma parte indispensable de la dieta mediterránea, tomando en cuenta su aporte energético y equilibrado, lo que permite llevarlo a la mesa y consumirlo varias veces a la semana.
Las conservas de pescado, especialmente las de pescado azul, desde el punto de vista nutricional, son ricas en ácidos grasos insaturados, debido a que son la principal fuente natural de ácidos grasos como omega-3, pero también son ricos en vitaminas B y D.
Bomba vitamínica
Para quienes procuran una auténtica bomba vitamínica, la encuentran en los mariscos en conserva, puesto que al permanecer en el mismo envase, garantiza los nutrientes desde el mismo momento de su producción.
Es rico en vitaminas del grupo B, es decir, tiene un alto contenido de B2, B3, B5, B6, B12, además de vitamina D en los productos más grasos como las conservas de atún, caballa, sardinas y anchoas.
La vitamina E está presente en los productos más grasos y la vitamina C en las conservas de marisco.
Se puede afirmar que cuando esas vitaminas están presentes en cantidades significativas el producto final, tiene beneficios para la salud.
Aporta efectos beneficiosos en los sistemas nervioso, circulatorio, metabólico e inmunológico así como participación en la regulación hormonal, salud ósea, cuidado de la piel y los dientes.
Además proporciona amplia absorción y utilización del calcio y el fósforo, importantes para la visión y las membranas mucosas. En definitiva, la conservas de pescado contienen amplias cantidades de vitaminas hidrosolubles y liposolubles, para garantizar propiedades saludables.
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