El mundo de las salsas es amplio y a nosotros nos encanta contar con ellas porque son útiles para realzar el sabor de las comidas de diferentes maneras. Las salsas tatemadas y martajadas tienen un encanto muy particular que las coloca entre las favoritas de muchas personas. La forma en que se preparan y se consumen tiene su encanto y en este post vamos a hablar justo de eso.
La cocina nos sorprende día a día con la variedad de opciones que existen para complacer todos los gustos y añadir riqueza a través de la fusión de distintos sabores. Incluso con ingredientes que siempre utilizamos, pero que se trabajan de manera diferente, es posible gozar de una fiesta en el paladar para grandes y pequeños.
Una salsa tatemada y martajada es aquella que se prepara siguiendo un esquema específico de trabajo que se basa en la quema de un ingrediente y la preparación de la composición total del resto de manera que la salsa no quede tan líquida. Tiene alguna ciencia detrás que no es difícil de comprender cuando se muestra interés suficiente en la información.
Existen ciertas variedades de salsas tatemadas y martajadas. Para este caso, vamos a utilizar como ejemplo una versión de salsa verde en la que se pueden utilizar como ingredientes de base: tomate verde, agua, chile poblano, cebolla, chile jalapeño, sal, chile morita, yodada, ajo en polvo y cilantro.
Entonces, el tatemado consiste en quemar de forma controlada uno o más ingredientes para explotar al máximo su sabor. Una buena forma de lograr el tatemado en esta opción de salsa verde es someter a un proceso de quemado a una parte del tomate verde y una parte del chile poblano los cuales aumentarán el nivel de sabor final. Lo ideal es no sobrepasar el límite de 15% de tatemado.
Después, a la hora de procesar todos los ingredientes, es recomendable no licuarlos al 100% para evitar que se vuelva una mezcla líquida y homogénea que no permita evidenciar parte de los ingredientes a simple vista. Este procedimiento ayuda a que la salsa final sea más atractiva a nivel visual y también que se vuelva más especial en el paladar.
Lo mejor de esta receta es que se obtiene una salsa rica en proteínas, carbohidratos y con cierta cantidad de azúcares naturales, sin la presencia de grasas nocivas para la salud, como las grasas trans o las grasas saturadas.
Por el tipo de salsas que son lo más recomendable es que las mismas se consuman sin otros sabores que puedan privar de disfrutar el impacto que generarán en el gusto. Es por ello que lo más común es que se consuman con tostadas, tacos o quesadillas en las que se esparce la salsa para disfrutar.
Prepararlas puede convertirse en una actividad divertida en casa o en reuniones familiares, ya que pueden formar parte de una barbacoa en la que se busquen sabores más enriquecedores para los asistentes. Además, como apenas quitan tiempo, se pueden tener listas en un lapso no mayor de 20 minutos (y eso por el tiempo que pasan los ingredientes seleccionados en el fuego).
Pero, si la idea no es llenarse de más trabajo y más bien disfrutar de ese rico sabor en cualquier momento de estar en casa, lo más sabio es aprovechar la opción de comprarlas ya listas y envasadas por fabricantes especializados en este tipo de productos. Como siguen recetas propias y cíclicas, es posible enamorarse de un sabor y continuar disfrutándolo día tras día.
Lo mejor de este tipo de salsas es que se pueden preparar con los ingredientes que se tengan disponibles y dejar volar la imaginación para obtener creaciones únicas, o, mejor aún, dejar que los expertos hagan ese trabajo por nosotros y consumir las que ya están listas y a la venta.
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