César Vallejo Restrepo | Cartago | 16 DIC 2017 – 1:08 am
Monseñor José Alejandro Castaño Arbeláez, Obispo de la Diócesis de Cartago dijo que al hacer una génesis de los grandes problemas que afligen a Colombia desde hace muchos años, se encuentra que todo radica en la falta de valores y en la ausencia de Dios. Una sociedad corrupta no puede sobrevivir, señaló.
El jerarca también hizo un llamado para no ser ilusos en el próximo debate electoral, e invitó a votar masivamente por los honestos y dejar de hacerlo en favor de los corruptos que tienen gran responsabilidad en los problemas graves del país.
Igualmente invitó a terminar el año 2017 en Dios, sin desbordamientos mundanos y de parranda, tras advertir que para vivir mejor se requiere de una buena actitud del corazón y de las decisiones que cada uno de los cristianos quieran sacar adelante.
Llamado
«Como obispo católico hago un llamado a nuestros feligreses y no católicos para que hagamos de esta sociedad un espacio más amable, donde la vida sea más amada y respetada», dijo.
Esta debe ser una sociedad donde los jóvenes tengan ilusiones más allá de un dinero mal habido, y en la que se puedan construir espacios y canales de una justicia que nos haga mejores humanos. En sí, una sociedad diferente.
«Cómo valoramos que los mensajes del Papa Francisco no queden en el olvido después de que estuviera con nosotros hace dos meses para mostrarnos a católicos y de otras religiones su gran sencillez, honestidad y su concepto antropológico profundo y basado en la dignidad del ser humano», señaló.
Dignificación
La misión de la Iglesia es dignificar la condición del ser humano representado en el hombre y en la mujer en momentos cruciales de la nación por la misma situación política que se avecina, donde dirigentes de todos los partidos que aspiran a dignidades llegan a prometer con mentiras.
“No debemos ser ilusos dejándonos engañar por quienes no merecen nuestros votos«, advirtió el Obispo de Cartago. El voto es un derecho ciudadano, pero si vamos a sufragar por alguien deber ser por una persona honesta y coherente que garantice los valores reales de la sociedad, señaló.
«Tenemos tantas experiencias dolorosas y negativas que no debemos permitir que se repitan, pero es necesario que oremos para que nuestro corazón se dirija a Dios», señaló.
Cambio
Pidámosle al Señor que antes de cambiar el corazón de los demás, transforme el nuestro, así como las actitudes y conductas que a diario asumimos, para ser mejores cónyuges, hijos y ciudadanos. Esto es lo que necesita Colombia y el mundo entero, dijo.
No podemos dejarnos arrastrar por todo aquello que dice defender valores pero que realmente no lo hace, pese a que la ciudad lo proclama. Estos son anti valores con los que nos pretenden engañar.
Este país debe salir adelante con valores auténticos, de la mano de gente buena que es mucha. Los campesinos son muy buenos, y nuestros padres nos enseñaron cuál es el caminar de un hombre honesto y digno.
No caer
Por eso no hay que caer en las redes perversas del mal, del vicio, de la injusticia, del atropello y de la violencia contra los demás pero, además, en el enriquecimiento ilícito y en los actos de corrupción.
Todos estos escándalos de corrupción que vive el país tienen que llamarnos a ser mejores, y que quienes aplican justicia entiendan que deben aplicarla de manera digna.y los abogados que ejerzan han de ejercer con honestidad y rectitud el derecho.
El llamado es también para los médicos a que tengan conciencia de amar al prójimo y sentir su dolor, y que el mismo Estado y el gobierno nos den características diferentes a las que estamos acostumbrándonos peligrosamente.
Engaños
De tiempo atrás estamos enseñados a que nos engañen con mentiras y eso no puede ser, y por eso es que la Iglesia propende porque el 2018 sea un año de verdad, de justicia, de rectitud y de fraternidad, dijo Monseñor Castaño Arbeláez.
El alto prelado de la Iglesia Católica señaló que la vida se construye día a día, segundo a segundo, y debe estar sustentada en la dignidad que a todos nos tiene que acompañar. El año que termina no puede ser igual al 2018.
«Es la oportunidad de corregir todo lo malo que hemos hecho, y si sentimos un odio inveterado en el corazón hacia alguien, es la ocasión de perdonar a esa persona, y si hemos causado mal a alguien, también es el momento de ofrecerle excusas», señaló el jerarca del mundo católico.
El llamado de la Iglesia Católica es a ser transparentes, honestos y dignos, capaces de hacer el bien y no el mal, y de amar a nuestros semejantes.
Navidad
El Obispo también hizo un llamado a los católicos de la jurisdicción de la Diócesis de Cartago a recordar cómo debe recordarse en navidad el nacimiento de Jesús, hecho que marca la humanidad cristiana.
La presencia de Dios hecho hombre dio un rumbo nuevo al mundo, lleno de esperanzas porque al fin y al cabo es saber que somos sus hijos, y que con su muerte nos ha conseguido la gloria eterna y la felicitad a la que todos deseamos llegar.
Colombia, un país tan amado y querido tiene profundas raíces de fe católica pasa por un momento crucial de su historia, puesto que somos testigos a diario de escándalos de todo orden.
Violencia
También hemos sido testigos de un largo proceso de violencia que aparentemente culminó en una paz que Dios quiera no consista solamente en firmar documentos y propuestas, sino que nazca con sinceridad del corazón.
Cuando el corazón humano se aleja de Dios aparece todo lo malo, el delito en sus innumerables manifestaciones como el secuestro, la extorsión, las muertes violentas, los robos, las agresiones sexuales, las infamias, los estupros, porque la verdad es que una sociedad corrupta no puede ni debe sobrevivir
Tenemos que comprometernos a alejar a nuestros niños y jóvenes de la drogadicción, mal terrible y cruel donde unos infames y malvados se enriquecen a costa de la vida y de la dignidad de tantos hermanos nuestros.
Conciencia
Hablemos con dignidad y altura de lo que es la conciencia humana, con rectitud para volver a los caminos del Señor.
Desde estos días de adviento, el mensaje ha sido el de preparar el corazón para tomar el desierto hacia Dios y hacer que venga a nosotros y que, de esta forma, lleguen los valores que realmente animen nuestras vidas.
«A todos los feligreses les deseo lo mejor y mi bendición para que tengan una verdadera y feliz navidad y que sepan que no es en el trago, la parranda y las cosas banales que recordamos la natividad de Jesús», dijo.
En familia
«Aspiramos a que sea una celebración digna y en familia, aprovechada para retomar los valores familiares y el sentimiento profundo de amor y respeto por el padre, la madre y los amigos. Vamos de esta manera una navidad en el camino de Dios.
Un año nuevo entregado al Señor en sus manos para que nos haga cada día mejores ciudadanos e hijos suyos.
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