Enfermedades que merman la producción lechera y en ocasiones llevan hasta la muerte del animal, con pérdidas económicas para este sector son algunos de los impactos que genera en las ganaderías bovinas de los municipios de Zarzal, La Victoria, Obando, Cartago y El Águila, la presencia de murciélagos hematófagos.
Especialista en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional analizó efectos en cinco municipios
Fueron algunos de los aspectos que encontró en el desarrollo de su tesis Fernando Castro, doctor en Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional, sede Palmira, sobre esta especie, común en el departamento.
Conocido como Vampiro Común (Desmodus rotundus), esta especie de murciélago se alimenta de la sangre y para ello muerde a su presa, lo que puede llevar la trasmisión de una serie de enfermedades.
Durante el estudio se encontró que las razas cebú, los mestizos, cruzados y europeos, sufrieron mayores mordeduras.
La predilección de estos murciélagos es por el ganado menor de un año. Las partes del ganado que más ataca este vampiro son el cuello, el lomo, la cola y la barriga.
En su investigación, estimó Castro, que el impacto económico por pérdidas en el ganado a nivel nacional es notorio, debido al incremento de focos de rabia silvestre, la disminución de la producción de leche, así como la presencia de otras enfermedades que aumentan los costos por los tratamientos y la muerte de las reses.
Detectó, además, que la falta de información sobre este murciélago hematófago lleva a que los ganaderos no diferencien sus refugios y quemen o apliquen productos químicos en los lugares donde creen descansan y generan daños en el ecosistema.
Por eso, con su tesis, Castro busca generar conciencia ecológica al ganadero y la comunidad sobre el manejo de esta especie de murciélago y la conservación de la misma.
El murciélago hematófago es autóctono de Latinoamérica y en el departamento es normal su presencia, por su hábito alimenticio de sangre, cerca de las ganaderías.
El investigador descubrió que en el Valle hay una gran cantidad de minas de metales abandonadas, que terminan siendo el refugio de estos mamíferos. También viven en las alcantarillas, en las riberas de los ríos y en socavones.
Algo muy interesante que observó la investigación son las fuertes relaciones de parentesco de estos animales del sur del Valle y Cauca, con los del Amazonas. Igualmente, se identificaron relaciones robustas entre los individuos del centro y norte del Valle con los de Venezuela y Costa Rica, producto de migraciones por los ríos Cauca, Magdalena, Atrato, San Jorge, Putumayo y Amazonas, entre otros. Las migraciones también se realizan a lo largo de las cordilleras.
“Este murciélago es acusado por el hombre de ser una plaga, lo cual no es verdad. Es una especie desplazada por la invasión de su hábitat por obras de infraestructura y la ampliación de potreros. Por eso se movilizó en busca de nuevos refugios de carácter artificial, lo que generó que debiera cohabitar con el hombre”, señaló Castro.
Ahora, el objetivo de Castro es conocer mejor la especie. Por eso, fue becado en Brasil, donde realiza un post doctorado sobre el murciélago hematófago.
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