Continúa la preocupación por parte de los más de 10 mil residentes que habitan los barrios aledaños al río de La Vieja luego de los hechos ocurridos la semana anterior cuando en repetidas ocasiones, los funcionarios de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres llegaron a la ciudad para retirar una de las motobombas que instalaron hace cerca de 3 años después de las inundaciones ocurridas en la época.
Enrique Santos, presidente del barrio Guayacanes indicó que las preocupaciones constantes por el nivel del río y la suerte que pueden correr las viviendas en una posible ola invernal crecieron al conocerse la noticia de que la motobomba sería retirada al parecer de manera temporal.
Con un derecho de petición y más de 850 firmas, le oficiaron a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres para pedir que el elemento fuera dejado en el lugar.
De éste y otros oficios dirigidos a la misma entidad, al parecer nunca han obtenido respuesta
El pasado miércoles llegaron por cuarta ocasión hasta el espacio que ocupa parte de la motobomba en el sector de guayacanes, las personas encargadas del retiro pero la comunidad se opuso nuevamente.
Según el funcionario, el mantenimiento necesario que no ha sido realizado en Cartago deben realizarlo en Bogotá pero los residentes no aceptan este argumento y creen, como lo manifiesta Enrique Santos, que si se la llevan, no va a regresar.
“Los funcionarios han obrado de mala fe” dice. Para muestra, la comunidad y hasta los representantes de la administración fueron citados para remediar la situación pero los delegados de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, nunca llegaron.
Como quinto intento del desmonte de la motobomba, a la madrugada del pasado viernes 10 de abril, acompañados por la Policía iniciaron un procedimiento de retiro y aunque eran las 4:30 de la mañana, la comunidad salió de sus casas e impidió de nuevo el hecho.
En esta ocasión, se presentaron varias alteraciones del orden público y el vehículo que pretendía llevarse la motobomba fue sorprendido con piedras y éste al tiempo, según lo relata el líder Enrique Santos, respondió con su carro dejando varios daños materiales y varios heridos sin lesiones de consideración.
Esta semana, los líderes inician una nueva revisión de videos, documentos y dicen “buscaremos todos los argumentos necesarios para lograr que ese elemento sea entregado de manera permanente” a los barrios afectados.
La máquina es vigilada casi de manera permanente por la misma comunidad y el motor, que debía permanecer en otro espacio desde hace 3 años por precaución de hurtos o daños, aún se desconoce si permanece en Cartago o fue retirado por el delegado de los talleres municipales, donde estaba ubicado hace vario tiempo.
La comunidad pide además que después de la situación ocurrida, el alcalde Álvaro Carrillo se pronuncie y proponga una solución ante esta posible emergencia.
“De la alcaldía solo César Vega, Coordinador Local de Gestión del Riesgo ha estado escuchando a la comunidad, pero no se conoce aún una solución definitiva”.
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