A las 9:00 de la noche del pasado jueves 4 de junio, cuando Guillermo Rozo Acuña estaba dándole una ronda a su casa finca Aratiga -ubicada en la vía que de Cartago conduce al municipio de Alcalá (Valle)- fue atacado por desconocidos.
Los caninos de ‘Guillo’ como era conocido, estaban ladrando en el predio donde residía, así que salió armado a ver qué pasaba cuando fue interceptado por sujetos que habían ingresado al lugar con la intención de robar. Lo agredieron con un machete en la cabeza dejándole una grave herida.
El hombre quedó tendido en el césped y los amigos de los ajeno aprovecharon para quitarle el arma y propinarle 3 impactos de bala en el cuerpo que le causaron la muerte al instante.
Quienes lo conocieron y la comunidad del sector está sorprendido con lo ocurrido, pues nunca se imaginaron que la existencia de su vecino y ser querido fuera a terminar de forma violenta. De acuerdo con personas que compartieron con el hoy occiso, los describen como una persona amable que no se metía con nadie y del cual no se conocían amenazas.
Su cuerpo fue sepultado en la tarde del sábado en el cementerio Diocesano de Cartago (Valle), de donde es oriunda su esposa y en donde residen algunos allegados del líder político.
Quién era
Guillermo Rozo Acuña fue docente y se había pensionado de la Universidad Nacional, fue dirigente sindical, creador de la Asociación Colombiana de Lecheros del Norte del Valle, líder comunal y hacía parte de la Organización Colombiana de Estudiantes seccional Cartago.
Además miembro honorario de la juventud patriótica del Polo Democrático, activista del Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR). Era oriundo de Tunja (Boyacá) y hacía 8 años había llegado al sector mencionado con su esposa e hijo.
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