
Una alarmante crisis de salud pública y seguridad sacude al Área Metropolitana de Pereira. La lucha por el control del tucibí, también conocido como cocaína rosada, ha dejado más de 100 muertos en menos de un año, convirtiéndose en una tragedia silenciosa que afecta especialmente a jóvenes de Pereira y Dosquebradas.
¿Qué es el tucibí y por qué representa una amenaza creciente?
El tucibí, cuyo nombre deriva del compuesto químico original 2C-B, es una droga sintética de alto riesgo que ha mutado en su composición con el paso del tiempo. Aunque inicialmente era una sustancia psicodélica, hoy ha sido transformada en un letal coctel elaborado con ketamina, metanfetaminas, fentanilo y otros compuestos tóxicos como cemento, cal y colorantes industriales. Pese a ser conocida como cocaína rosada, en la mayoría de los casos no contiene cocaína.
Esta sustancia, teñida artificialmente de color rosa, es producida en cocinas clandestinas que varían su fórmula dependiendo de la disponibilidad de insumos, aumentando su peligrosidad. Según explicó el teniente coronel Óscar Ochoa, subcomandante de la Policía Metropolitana de Pereira, “su elaboración ha evolucionado al punto de convertirse en una mezcla letal para el sistema nervioso y para la vida”.
Un negocio rentable que alimenta la violencia
La alta demanda del tucibí entre consumidores jóvenes y su limitada oferta lo han convertido en una de las drogas más costosas del mercado ilegal en Pereira. Una sola dosis puede costar entre $30.000 y $50.000, generando ingresos semanales que superan los $50 millones para las organizaciones criminales. Esta rentabilidad es precisamente la que ha desatado una guerra sangrienta por el control del mercado.
La Policía ha identificado más de 150 puntos clandestinos de distribución en Pereira y Dosquebradas, de los cuales solo 15 han sido intervenidos. Estas denominadas “chazas” operan bajo el control de distintos grupos criminales como Cordillera, Los Rebeldes, La Oficina, y también por líneas independientes de jóvenes, en su mayoría entre los 17 y 25 años, que se dedican a la producción, venta, o incluso al sicariato por control de territorios.
Más de 100 muertos por guerra del Tucibí en Pereira
La cifra es escalofriante: más de 100 muertos en lo corrido del último año como consecuencia directa de la disputa por el control del tucibí. Lo que comenzó como un negocio de microtráfico ahora ha desencadenado una crisis de seguridad y salud pública en la región, con consecuencias devastadoras para familias enteras.
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La Policía Metropolitana ha logrado identificar al menos 28 marquillas distintas de líneas de distribución, lo que evidencia el nivel de fragmentación y competencia entre redes criminales, algunas de ellas asociadas a estructuras mayores, otras manejadas por jóvenes independientes sin estructura jerárquica.
Autoridades intensifican la ofensiva contra el microtráfico
Ante el incremento de muertes, consumo y distribución, las autoridades en Pereira han intensificado sus acciones. La Policía, en conjunto con la Fiscalía y organismos de inteligencia, desarrolla operativos de control e intervención en barrios críticos, mientras promueven campañas de sensibilización en colegios y universidades para alertar sobre los efectos devastadores de esta droga.
“Estamos frente a una amenaza real. No solo estamos combatiendo organizaciones criminales, sino también una crisis social que atrapa a nuestros jóvenes entre la adicción y la violencia”, señaló el teniente coronel Ochoa.
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