Las fuertes lluvias que han azotado el Quindío en los últimos días han generado serias afectaciones en el suministro de agua potable en Filandia y Montenegro, impactando tanto a la ciudadanía como a los sectores comerciales. Aunque las emergencias ya han sido atendidas, los eventos pusieron en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura hídrica ante fenómenos climáticos extremos.
El primero de enero, Filandia vivió una emergencia en su sistema de acueducto que redujo significativamente el caudal que abastece la planta de tratamiento. Según informó Empresas Públicas del Quindío (EPQ), encargada del servicio, el problema se originó en un daño en la aducción de seis kilómetros que transporta el agua hacia la planta.
El gerente de EPQ, José Alejandro Guevara, aseguró que tras extensos recorridos, el daño fue localizado y está siendo reparado. Para mitigar la falta de agua, se activó un plan de contingencia que incluyó el uso de tres carrotanques proporcionados por el cuerpo de bomberos para abastecer a los habitantes y comercios de la zona.
La situación generó especial preocupación entre los empresarios locales, en particular los restaurantes, debido a la alta demanda que se presenta en la temporada de fin de año. La Asociación Colombiana de Restaurantes (Acodres) destacó que la continuidad del servicio de agua es vital para mantener operativos los negocios.
En Montenegro, un aguacero durante la madrugada del 31 de diciembre provocó un derrumbe que afectó gravemente las bocatomas y aducciones, dejando a todo el municipio sin servicio de agua potable en una fecha tan importante como el cierre de año.
Trabajadores de EPQ realizaron inspecciones exhaustivas en las zonas afectadas, encontrando el daño en un terreno inestable que complicó las labores de reparación. Sin embargo, después de largas horas de trabajo, los operarios lograron restablecer el servicio.
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El alcalde de Montenegro, Gustavo Pava, expresó su agradecimiento a los funcionarios que trabajaron durante el 31 de diciembre y el 1 de enero para solucionar el problema:
“Hoy quiero agradecer profundamente a nuestros funcionarios que dedicaron su 31 de diciembre, una fecha tan especial, y este 1 de enero a solucionar el problema con las tuberías de gravedad nueva y vieja”.
Estas emergencias han evidenciado la necesidad de mejorar la infraestructura hídrica en el Quindío y fortalecer los planes de contingencia ante eventos climáticos extremos. Tanto en Filandia como en Montenegro, la colaboración entre las autoridades locales, empresas de servicios públicos y organismos de socorro fue clave para superar las dificultades.
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