¿Se avecina otro temblor como el que destruyó a Armenia?

CiudadRegion.com | Cartago | 18 MAR 2015 – 10:42 am

El ingeniero Hugo Monsalve lo mandaron “a freír espárragos”, como él dice, cuando en 1998 advirtió que en el Eje Cafetero ocurriría un gran terremoto. Recuerda que lo tildaron de terrorista, amarillista y de agitar el pánico de la población.

Tres meses después de su advertencia, el pronóstico se cumplió: el 25 de enero de 1999 un sismo de 6,3 grados en la escala de Richter sacudió esa zona provocando una de las más grandes tragedias que se haya vivido en Colombia.

Hoy, cuando su teoría más reciente advierte que está abierta la posibilidad de que este año ocurra un sismo de mayor magnitud en la zona cafetera, el director del Observatorio Sismológico de la Universidad del Quindío analiza los movimientos telúricos recientes en el suroccidente colombiano. Asegura que las redes sociales se han convertido en una vía para generar pánico, a lo que se suman los mitos creados alrededor de los movimientos telúricos.

Recientemente se presentó un sismo de 6,6 grados en la escala de Richter que se sintió en el norte y centro del país. El pánico por redes sociales fue generalizado, circularon imágenes y mensajes falsos, es una situación que se repite siempre. ¿Cómo ve esto?

Es que la gente le mete mucho ruido al asunto y los mitos son los que generan pánico ante un sismo, el voz a voz entre las personas es terrible. Ahora en las redes sociales salen correos con todo tipo de mensajes ilógicos. Hay quienes dicen que los sismos están relacionados con el calor, pero no hay evidencia científica que lo compruebe.

Otros dicen que la posición de Júpiter y de Saturno influye, está el mito eterno de las abuelas, que los terremotos son castigo de Dios. El único argumento científico comprobado es que es el movimiento dinámico de la tierra es lo que hace temblar.

Según su teoría, existe la posibilidad de que se presente un terremoto de grandes magnitudes este año en el Eje Cafetero, donde se vivió una de las mayores tragedias del país en 1999…

Nosotros abrimos una ventana de proyección que plantea que entre 2005 y 2015 ocurriría un sismo de subducción en el Eje Cafetero (el sismo de subducción se produce por la fricción y liberación de energía que genera el desplazamiento de la Placa Nazca por debajo de la Placa Suramericana, bajo territorio colombiano).

Encontramos un 82% de probabilidad de que se presente un evento entre 6,5 y 7,3 de magnitud en esta zona.

Entre el 21 y 22 de febrero se sintieron dos sismos (de 5,3 y 5,6 grados en la escala de Richter en Argelia (Valle) y Morales (Cauca), respectivamente. Ocurrieron en menos de 15 horas. ¿Esos son signos premonitorios de lo que sus estudios plantean?

El sismo que ocurrió el sábado 21 de febrero (en Argelia, Valle) de 5,3 se dio exactamente en el sitio donde estábamos esperando que ocurriera ese sismo de gran magnitud, aunque no está en el rango de intensidad de nuestra proyección.

En 1979 se presentó un sismo en el Eje Cafetero de 7,2 grados, que ocurrió entre Argelia, Chocó y Risaralda, a 90 kilómetros de profundidad. El reciente sismo de Argelia ocurrió 36 años después de ese evento. Presumo que está en la zona en la que se dio el sismo del año 79 y estimo mayores deformaciones de las placas ahí por lo que se esperaría un sismo más alto.

¿Cómo se han comportado las placas tectónicas que están sobre el suroccidente del país en los últimos 15 años?

El movimiento que se tiene establecido para la placa Nazca en esta zona del suroccidente colombiano es del orden de seis centímetros cada año, es decir que hay zonas que han acumulado esa deformación, ese rebote elástico de la placa.

Uno esperaría que con tantos años que han pasado debe haber una deformación acumulada que podría provocar ese posible sismo de gran magnitud. El de 5,3 de Argelia lo sintieron incluso en Cali y aunque no está dentro del rango de nuestras presunciones, solo por ser de subducción, nos dice que es una zona activa, de amenaza alta.

¿Qué decir sobre el sismo de Morales, Cauca? Ese también se sintió en Cali…

El de 5,6 fue un sismo de subducción a 145 kilómetros de profundidad. Los estudios que ha realizado el profesor Elkin Salcedo (director del Observatorio Sismológico y Geofísico del Suroccidente, Osso, de la Universidad del Valle) también advierten la probabilidad de que ocurra un sismo para esa región, y en la zona de subducción de las placas está Cali.

¿Podría estar relacionado ese sismo del Cauca con los pronósticos que dicen se repetiría un terremoto de magnitud similar o mayor al de Tumaco?

Entre Buenaventura y Tumaco está la zona de contacto de las placas, hay mucha aspereza de roca. En 1906 hubo un terremoto de 8,9 grados de magnitud y la última réplica fue la del 12 de diciembre de 1979, de 8,2. Ya pasaron 109 años desde que ocurrió el gran sismo, son muchos años acumulando energía y eso hace posible que se presente uno de nuevo.

El programa Georredes del Servicio Geológico Colombiano ha detectado con GPS movimientos fuertes en la zona de contacto. El profesor Salcedo dice que está en deuda un gran sismo para el suroccidente colombiano. Sus presunciones son muy válidas, las compartimos porque somos colegas y porque estamos esperando más eventos de subducción.

¿Qué tanto daño podría generar un sismo de subducción?

Los sismos de subducción, cuyas profundidades son de 90 kilómetros, en promedio, cuando tocan las infraestructuras las afectan mucho, edificios de 5 hasta 10 pisos se ven comprometidos por los efectos de las vibraciones, aquí en el Eje Cafetero sabemos que hacen mucho daño. Pero ahora la norma sismorresistente que hoy nos rige es muy exigente, esto reduce drásticamente el riesgo.

El país tiene la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres, que no existía en las épocas del terremoto del Eje Cafetero. ¿Usted cree que eso es garantía para enfrentar una emergencia por un gran terremoto?

Es una gran ventaja contar con un sistema de prevención de desastres porque eso permite planear y preparar zonas de respuesta, a través de las oficinas municipales y regionales.

Pero indudablemente se requiere apoyo del Estado para que los organismos de socorro estén más preparados, no solamente con máquinas y equipos, sino también con conocimiento, hay que darles recursos para que tengan más capacidad operativa.

Preocupa que la capacidad de reacción nos coja, como dicen coloquialmente, ‘con los pantalones abajo’. Yo creo que la cosa no está tan mal pero tampoco están tan perfectas. Sin embargo, respecto al pasado, como estábamos en 1999 cuando ocurrió el terremoto, sí hay una diferencia considerable, la gente es un poco más sensible a los sismos, tienen mucha precaución a la hora de preguntar quién construyó su vivienda y si es sismorresistente, son cosas de la cultura de la prevención.

Tres meses antes de que ocurriera el terremoto del Eje Cafetero, el 25 de enero de 1999, usted ya había advertido que eso ocurriría. ¿Qué siente al saber que sus pronósticos podrían hacerse realidad este año?

Me preocupa enormemente. Un sismo de subducción fue el que enrrutó mi vida a dedicarme a la sismología, a aprender de ese fenómeno. Cuando nos pronunciamos en aquella ocasión, junto al profesor Armando Espinosa, nos dijeron alarmistas, terroristas por decirle a la gente que eso iba a ocurrir.

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