El Tiempo | Bogotá D.C. | 04 MAY 2014 – 10:20 pm
Gracias a su mejor amiga, Camila* logró un puesto como mesera en un bar de Ciudad de Panamá. Antes de viajar convenció a Lucia*, otra de sus amigas, para que se uniera a la aventura.
El año pasado se conocieron cinco casos de Quindianos explotados en el exterior
A comienzos del año pasado, las dos emigraron con los gastos pagos desde su natal Quimbaya (Quindío). Tras varias horas de vuelo, las dos mujeres arribaron a su destino. Pronto, el sueño se esfumó y se convirtió en una pesadilla que duró cerca de siete meses de largas jornadas de trabajo sexual y castigos.
Camila logró fugarse y pasó cuatro días recorriendo las calles de esa ciudad. Sobrevivió ingiriendo desechos, y de eso le quedó una infección en los labios.
Ella relata que un hombre le ayudó y regresó a ese infierno solo para rescatar a su amiga Lucía, este es apenas uno de los pocos casos denunciados.
Según una funcionaria de la Secretaría del Interior del Quindío, el comité creado para esos casos no aplicaba el protocolo, tanto que hace dos años ni siquiera sabían cómo atender a las víctimas.
El año pasado acompañó cinco procesos, todos de trata de Quindianos en el exterior. Recordó el caso de dos hermanos que “con las uñas” viajaron a Argentina.
“Uno llegó primero y le ayudó al otro, luego los explotaron laboralmente hasta que uno se escapó y denunció, gracias a eso se descubrió una red que tenía cerca de 200 colombianos, de ellos solo 70 admitieron la explotación”, dijo la funcionaria.
En los archivos de la Policía, las cifras no coinciden. El año pasado, solo aparece el registro del caso de los hombres explotados en Argentina.
Un investigador judicial de Armenia experto en delitos sexuales relató un caso del 2008, que marcó a una joven de 18 años de Armenia que fue llevada hasta el barrio Las Gardenias, en Leticia (Amazonas).
“Creía que iba a cuidar niños en Bogotá, pero la engañaron, la drogaban con heroína, y se volvió adicta, la mamá se dio cuenta y denunció, viajamos hasta allá y logramos rescatarla y capturar a varias personas”, narró.
En este caso, era una mujer quien se desplazaba hasta el Quindío y ‘reclutaba’ a sus víctimas. Logró llevar otras dos mujeres de Quimbaya.
Una investigadora de la Policía que estuvo al frente de varios casos dijo que “todo el mundo habla del tema pero nadie se atreve a denunciar”.
Según una reciente investigación de Women’s Link, una organización internacional de derecho humanos que busca la equidad de género, el Eje Cafetero y el norte del Valle del Cauca, son dos de las regiones más afectadas por la problemática.
El informe ‘La trata y la explotación en Colombia: no se quiere ver, no se puede hablar’ reveló que el departamento del Quindío es una de las principales zonas de origen de las víctimas de trata interna, es decir dentro del país.
*Nombres cambiados por petición de las víctimas.
Fuente: Laura Sepúlveda Hincapié / El Tiempo.com
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