El Tiempo | Bogotá D.C. | 24 AGO 2015 – 10:36 am
Nueve meses completó el volcán Nevado del Ruiz con emisión de milimétricas partículas que, por su espesor y condiciones, son catalogadas como ceniza. Durante este tiempo, se ha reportado la presencia del material en diferentes municipios. La directora del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales, Gloria Patricia Cortés, explicó a qué se debe esta actividad.
“La ceniza es una partícula volcánica fina de hasta dos milímetros, si fuera superior y hasta los 6,4 centímetros, hablaríamos de material piroclasto (…) cuando los procesos son constantes hablamos de emisiones, en este caso, es un proceso que se da en el cráter del volcán”, dijo la directora.
En su mayoría, la tendencia del viento ha sido hacia el occidente del Ruiz, por eso se ha visto en municipios como Chinchiná (Caldas), Santa Rosa de Cabal, Dosquebradas y Pereira (Risaralda). Cuando la dirección es hacia el noroccidente, la ceniza cae en Manizales; y, si llegara a dirigirse hacia el sur, caería en el Quindío; y al sur y nororiente, caería a los municipios de Tolima.
“Hemos advertido que puede caer ceniza en Bogotá, en Armenia, en Ibagué, aunque la tendencia principal es al occidente. En noviembre del 85, en Armero no cayó ceniza sino piedrita pómez, el viento estaba al oriente y cayó hasta Venezuela, Boyacá, Paipa”, señaló Cortés.
La directora del Observatorio aclaró además que la emisión de ceniza volcánica no es signo de riesgo de explosión, pues son muchos factores los que intervienen para tener en cuenta un tipo de alerta mayor a la actual, que es amarilla y significa cambios en el comportamiento de la actividad volcánica.
No obstante, indicó que “el solo hecho de que haya ceniza es un parámetro de inestabilidad del volcán, esto lo hacen volcanes vivos con posibilidad de hacer erupción a futuro. Una ceniza no la saca un volcán activo en reposo”.
De ahí que la directora reiterara que, en estos casos, “vamos al ritmo del volcán, sin demeritar la importancia de la ceniza. Esto amerita especial atención, continua, porque de pequeñas cosas puede pasar a grande. De alerta amarilla puede pasar a roja, pero lo que se espera y lo que se ha visto es que primero ocurren cambios antes de las erupciones”.
Las columnas de ceniza también son variables, se han dado de pocos metros, 10 a 100, y la más alta ha sido de 3.000.
Otros signos de inestabilidad que ha mostrado el Ruiz, que es además el único en Colombia que presenta emisión de ceniza actualmente, es el aumento de sismicidad, pequeños y constantes tremores volcánicos que, en ocasiones, ni se sienten.
Cortés hizo énfasis en que “con los fenómenos naturales, con la actividad volcánica, no hay nada ciento por ciento milimétrico, matemático. Es relativo y no hay parámetros que muestren el día y la hora exactas en que pueda hacer erupción, aún dentro del mismo volcán, todo es distinto”.
Desde la Secretaría de Salud de Manizales se ha indicado a la comunidad que los efectos de la ceniza se pueden neutralizar con el uso de tapabocas o un pañuelo húmedo. Si se presenta irritación en los ojos, se recomienda lavar inmediatamente y no frotarlos. También se debe lavar frecuentemente la nariz y hacer gárgaras para eliminar las partículas gruesas.
Actualmente, el cráter Arenas continúa en un nivel de alerta amarillo, que significa cambios en el comportamiento de la actividad volcánica.
Hay inestabilidad desde el 2010
Desde el 2010 el cráter Arenas viene presentando una inestabilidad frecuente. Ese año pasó de estar en alerta verde (activo pero con comportamiento estable), a amarilla (cambios en el comportamiento de la actividad volcánica). En el 2012 la alerta pasó a naranja, que significa erupción probable en término de días o semanas, y luego a roja, erupción inminente o en curso, pero luego volvió amarilla.
Desde entonces esa ha sido la alerta que ha tenido, y en este tiempo ha registrado aumento y variaciones en su actividad, reflejada en movimientos sísmicos, (la mayoría han sido de menor magnitud e imperceptibles para las personas), emisiones de ceniza y olor a azufre.
Fuente: MÓNICA ARANGO ARÁNGO / El Tiempo
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