RAP…onazo. Y bien RAP…idito

No trae el Larousse el sustantivo raponazo, tal vez inventado por los rolos. Parece ser un colombianismo derivado del verbo rapar, que en sentido figurado y familiar quiere decir hurtar, robar, arrebatar. Eso es lo que les pasa diaria y nochemente a los celu-bobos… que tienen ya el cerebro bien lavado con esos aparatos, semejantes a una prótesis en su oreja o en sus ojos. Y al otro lado de nuestro río De la Vieja se acaba de perpetrar el más insólito arrebato a los méritos profesionales de un ciudadano quindiano.

El hecho no es muy conocido (solo este portal informativo lo ha denunciado), porque los que están directamente responsabilizados de difundirlo, irresponsablemente no lo han hecho. Y no digo que inexplicablemente, porque sí se nota ya el torcido, o mejor dicho el podrido y es que la cosa huele feo, muy feo. Ninguno de los noticieros de TeleCafé -que, se supone, fueron creados para informar veraz y eficazmente a todos los habitantes del Eje Cafetero- ha dicho “esta boca es mía”. Solamente en la letra menuda que aparece al final de las imágenes mientras los presentadores narran las noticias, algo se ha sugerido. (A propósito, esas noticias cortas son muchas veces más importantes que las que difunden con sus voces). El silencio parece ser la exigencia de quienes pagan las pautas publicitarias, que son en buena parte las administraciones departamentales.

El hecho motivo de este escrito es la inesperada e intempestiva renuncia del gerente de la R.A.P. del Eje Cafetero, que hace apenas 4 meses había sido elegido entre varios aspirantes, en concurso público. Y causa todavía más extrañeza que el anterior también duró escaso tiempo al frente de ese cargo, una vez creada esa entidad que une a los tres departamentos en la búsqueda de soluciones a los problemas comunes. Por eso digo que eso huele mal. En el texto de su renuncia -muy bien escrito y muy claro- el funcionario dice sin pelos en la lengua que lo hace ante las presiones de sus superiores (que son los 3 gobernadores) para darle curso a unos pactos políticos. Y uno no sabe si eso es consecuencia de los juramentos de amor eterno que estos se hicieron en actos por lo demás públicos, porque cada uno asistió a las posesiones de los otros a principios de enero.

Es cierto que el renunciante había sido funcionario de la anterior administración departamental del Quindío y que fue escogido por los anteriores mandatarios, pero se supone -al menos entre gente decente- que los asuntos debieron de ser muy bien conversados… antes de sus posesiones por parte de los sucesores. Sobre todo teniendo en cuenta que él había demostrado su idoneidad en el trámite del nombramiento. Este raponazo tan rápido y vulgar es un lamentable y peligroso antecedente para el futuro de la Región Administrativa del Eje Cafetero. Y un mentís a la verborrea que se les oyó antes, en y después de asumir sus cargos. No solo estos nuevos gobernadores, sino el canal regional le deben una explicación a la opinión pública por esa petición de renuncia, pero también por el insultante silencio que han tenido ante esa misma voz populi de la cual se han nutrido. Están obligados a quitarse el “tapabocas” que los hace ver hasta grotescos… porque el virus de la politiquería ya los contagió. Qué lástima.  

Y a propósito de TeleCafé: habíamos oído decir -con mucha satisfacción- al nuevo gobernador del Quindío que estaban comprometidos en darle un nuevo impulso a ese canal, mejorando todavía más la parrilla y emitiendo noticieros desde las tres capitales, inclusive con noticias de última hora. Me sentí esperanzado de que nuestro Norte saliera de este embudo en el que cayó, porque las señales de las cadenas radiales tradicionales (como lo han sido desde hace décadas Caracol y RCN) no se sintonizan en Cartago y, de contera, los noticieros televisivos nacionales se nutren casi siempre de atracos, asaltos y captura de micro-traficantes. Y en las imágenes de apertura de uno de los noticieros del vecino canal aparecemos incluidos, lo que entendimos como que también emitirían noticias producidas en la margen izquierda de nuestro río tutelar. Este gobernador es el que aparece en la letra menuda diciendo que está apesadumbrado -o algo así- por la renuncia del gerente de la R.A.P. ¿Y no le pararon bolas? O fueron solo manifestaciones de morrongo… songo sorongo.

Vea pues. Me pregunto sino será mejor para todos los 18 municipios norteños mirarnos el ombligo… antes que pensar en intentar siquiera buscar la manera de integrar esa Región vecina. Porque parece que ellos son blancos… y se entienden. Y si eso hacen con uno de los suyos, imaginémonos como nos tratarían, sobre todo ante la evidencia de que, legal aunque nunca socio-económicamente, pertenecemos a la Región Pacífico. Que miremos antes la más eficiente manera de unir nuestras voluntades para la solución de problemas que tenemos en común. Pero me pregunto: ¿qué pasó al fin con la anunciada creación de la Asociación de Municipios Norteños? Ojalá no sea apenas una culequera de alcaldes nuevones.

Coletilla 1: Me enternece la respuesta recibida de mis parientes y amigos por el anuncio de que tengo todavía la intención de publicar un libro, con una selección de más o menos 100 artículos, que ya fueron publicados y/o leídos en algunos medios de comunicación. O sea, que ya está escrito y solo falta… la financiación. Casi nada, olitas.

Coletilla 2: Entré a varias páginas de genealogía en facebook y compruebo una vez más que esa búsqueda de antepasados es fascinante. Encuentra uno parientes que, aunque lejanos, lo son. Los genes son imborrables. Acabo de conocer a una muy hermosa descendiente de los Benjumea antioqueños… emparentados con los Arcila de mi abuela paterna.

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