Sin duda alguna, Cartago es una ciudad que merece un mejor destino, eso de tener el premio de consolación del título de la capital natural del Norte del Valle, que se exhibe en una valla de la CVC junto a la parroquia de San Vicente, no es lo que sus ciudadanos esperan hacia el futuro.
Ésta, la ciudad con el sol más alegre de Colombia, como reza un conocido eslogan local, debe trazarse metas más altas que las de simplemente estar supeditada a las orientaciones políticas y a las restricciones (también políticas) que desde Cali se imparten sin contemplaciones con nuestra región.
Lastimosamente, son muchos los Cartagüeños y nortevallecaucanos, que se sienten muy cómodos con esa situación ¿Cuál situación? Pues, la de ser la cola del león. Eso es Cartago, la cola del león cuya cabeza es la ciudad de Cali.
Hoy, que la ciudad presenta una imagen más moderna, de más orden, de una mejor estética ciudadana, que ya da gusto recorrer distintos barrios, gracias al empeño del actual alcalde de la ciudad por modernizar aspectos estructurales y de cultura ciudadana, debemos plantearnos nuevos y más altos retos como ciudad.
Y ¿Cuáles son esos retos?
Son muchos los retos, empezando por consolidar un proyecto de ciudad, pasando por la creación de instituciones públicas como la universidad de Cartago, y culminando en la creación del departamento del Norte del Valle, y otros tantos retos entre uno y otro.
Difícil pero no imposible, es cuestión de liderazgo político. Ya superamos viejas épocas de gobernantes Cartagüeños que ni siquiera taparon los huecos de las calles.
Ahora, queda solo una pregunta ¿Seguirá siendo la ciudad de Cartago, por secula seculorum, la lejana y olvidada cola del león?
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