Trucos para que nuestros hijos desarrollen una buena vocalización

El proceso de aprendizaje de un idioma exige constancia y paciencia. Desde temprana edad los niños comienzan a aprender lo más elemental de su idioma materno. Eventualmente con el paso de los años podrán ir añadiendo nuevas palabras a su vocabulario, mismo que se vuelve más fluido y completo.

Los niños en edades comprendidas entre los 4 y los 7 años, comienzan a tener una mejor comprensión del lenguaje. Esta etapa es determinante para saber si efectivamente el infante va a poder hablar, escribir y leer con facilidad.

Además, durante esta etapa es cuando se aprenden las técnicas que le permiten lograr una mayor precisión en su articulación. Estas técnicas son variadas y deben evaluar sus capacidades. Por ejemplo, prueba a que diga este trabalenguas, cualquiera que sea divertido y tenga ciertos visos de complicación.

Pruebas de este tipo tienen por finalidad ayudar con el proceso de desarrollo de una buena vocalización. Principalmente, se enfocan en la mejora de las funciones masticatoria y deglutoria. De esta forma se garantiza un eventual y continuo desarrollo miofuncional oral favorable.

Asimismo, la idea es ayudar al infante a que desarrolle agilidad y también fuerza para el uso de los músculos orofaciales. Aquí se incluye a los músculos que se encuentran en el rostro y también en la boca principalmente, los cuales son las mejillas, lengua y también labios.

A continuación se presenta una serie de ejercicios y trucos que ayudan en el proceso de desarrollo de una buena vocalización. Son de mucha ayuda cuando se trata de niños que tienen dificultades para pronunciar grupos consonánticos y el fonema RR. Las estadísticas demuestran que son las más difíciles de aprender para la mayoría de los niños.

Con los ejercicios que se proponen se logra una mayor agilidad y fuerza para poder articular estos sonidos. Asimismo, podrán adquirir mayor precisión al pronunciar palabras difíciles y así expresarse con claridad. Son las siguientes:

Praxias orofaciales

Este término describe el ejercicio que consiste en mover la lengua, labios y mejillas. La idea es realizar múltiples movimientos a la vez, haciendo distintas expresiones faciales. De esta manera los niños comprenden mejor cómo pueden hacer uso de los músculos de esta zona.

Soplar

Esta práctica tan sencilla se puede hacer cotidianamente en cualquier momento. Puede ser el acto de soplar pompas de burbujas o incluso silbar. Cualquiera que sea el ejercicio que se haya elegido lo importante es hacer uso de todos los músculos bucales para su ejecución.

Trabalenguas

Este es el truco tradicional que mejores resultados proporciona al poco tiempo de practicarlo. Se trata de los populares trabalenguas que consisten en versos o poemas que unen palabras cuya pronunciación es muy similar.

Posee la particularidad de que se debe decir en voz alta y con rapidez de lectura. Eventualmente, es posible lograr diferenciar la pronunciación de distintas palabras. Este es un buen ejercicio para quienes presentan dificultad para comprender la diferencia entre el sonido de las vocales y consonantes.

Cantar

Lo más útil de cantar es la posibilidad de emitir sonidos en voz alta que de otra forma no emitiríamos. Asimismo, las canciones suelen ser compuestas en rimas, lo que implica poner a prueba nuestra capacidad de pronunciar diferentes palabras que riman. Incluso. mientras el niño canta se puede imitar el sonido de ciertos instrumentos musicales, además de tararear.

Leer en voz alta

Lo más importante de este ejercicio es pronunciar cada palabra con la mayor precisión posible. Encontramos libros especialmente diseñados para niños que se encuentran aprendiendo el lenguaje. Crean una dinámica en donde los dibujos que acompañan a la lectura ilustran lo que allí se describe. Es la actividad ideal para practicar la articulación de los fonemas.

Ejercitar la masticación

Los niños deben aprender a masticar correctamente. El desarrollo de los músculos de la boca es determinante para lograr hablar con precisión. Los mismos músculos que se utilizan para masticar y tragar intervienen en el proceso de gesticulación de palabras. La lateralización lingual y posicionamiento lingual en rugas palatinas son parte del proceso de aprendizaje de los fonemas RR, R y L.