Tras haber participado en la Cumbre Global contra la corrupción en Londres, y pocos minutos después de haber aterrizado en el país, el presiente Juan Manuel Santos se fue al Centro de Convenciones de Bogotá para intervenir en el Congreso Nacional del Partido Liberal, una de las colectividades que apoyan su gobierno.
Santos volvió a intercambiar elogios con el senador Horacio Serpa, dijo sentirse en el Partido Liberal como en su propia casa, y reconoció al Liberalismo como uno de sus principales socios para alcanzar la paz. Y acogiendo una célebre frase del inmolado Luis Carlos Galán, dijo que frente a la paz “siempre adelante, ni un paso atrás”.
Tras varios vivas al Partido Liberal, Santos se refirió a recientes críticas que escuchó, de los sectores de la oposición, por su participación en la Cumbre anticorrupción y puso el espejo retrovisor para comparar su gobierno.
“En mi gobierno nadie ha “chuzado” a la oposición ni a la Corte Suprema de Justicia”, fue el primero. “En mi gobierno nadie está preso por haber comprado la reelección”, siguió. “En mi gobierno la familia presidencial no ha tenido tacha”. “Mi gobierno juega limpio”.
No hizo falta mencionar nombres propios, pero esas referencias merecieron la mayor cantidad de aplausos de su discurso.
La mayor parte de su intervención se dedicó a despejar mitos sobre el proceso de paz, explicar los alcances del reciente acuerdo para blindar jurídicamente los acuerdos de La Habana, y volvió a invitar a los liberales para hacer campaña por el plebiscito para la paz.
Hacía tiempo que Santos no lanzaba tan duros dardos a su antecesor. Volvió a hacerlo en la Convención del Partido Liberal, del que alguna vez, tanto Santos como Uribe, fueron militantes.
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