Para garantizar la atención de los heridos en accidentes de tránsito -que hasta que se creó el Soat, en 1986, podían pasar horas o morir sin que ninguna institución médica los quisiera atender-, se diseñó un modelo con pocas trabas administrativas que, en los últimos años, empezó a ser aprovechado por los avivatos.
Hoy, para ser atendido por un accidente de tránsito no se requiere croquis del hecho y basta la declaración de la persona y la de la institución médica. El año pasado fueron atendidas casi 650.000 personas heridas o lesionadas por cuenta del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat). La mayoría, nueve de cada diez, eran motociclistas. Las denuncias de las aseguradoras apuntan a que esa cifra está inflada, o en número de víctimas o en costos.
Estas son las ‘venas rotas’ del Soat:
Es la modalidad más antigua y, en este momento, la más marginal, pues el gran peso del desfalco se da por tratamientos médicos. Es usual que personas que han tenido alguna dificultad médica y no tienen cobertura médica, como fracturas o luxaciones, consigan que alguien les preste su Soat. Usualmente, son seguros expedidos a motociclistas.
Se han documentado decenas de casos de personas que no existen y que supuestamente fueron atendidas por accidentes de tránsito, o de casos que, como soporte, tienen las mismas radiografías y hasta exámenes de laboratorio. El Soat funciona como una especie de ‘cheque en blanco’ hasta por 18 millones de pesos para la atención médica de urgencia. La Superintendencia de Salud y la misma Fiscalía tienen reportes de personas que, a pesar de tener lesiones leves, fueron sometidas a exámenes como tomografías e incluso a hospitalización sin ser necesario. Los casos más graves son de intervenciones quirúrgicas –operaciones– que no se necesitaban y que ponen en riesgo la vida y la integridad de los pacientes.
Hay tal falta de control en el sistema que incluso ha habido casos de clínicas e instituciones de salud que le facturan al Soat sin ni siquiera existir. Este año, Eduardo Manotas Goenaga fue capturado por la Fiscalía porque creó 22 IPS que no existían y sin embargo lograron pagos por 5 mil millones de pesos, todo gracias a papeles falsos. La Fiscalía ha documentado que realizó 1.000 reclamaciones fraudulentas para las que usó al menos 4.000 documentos falsos. Entre los documentos falsos estaban la cédula del paciente, el registro del accidente de tránsito y la historia clínica. Según las investigaciones, en los papeles de las IPS aparecía como representante legal Arvey Rojas Lamus, pero la huella del documento y la firma correspondían en realidad a Manotas Goenaga.
Los fraudes al Soat se dan desde el inicio del accidente. Las autoridades han detectado que decenas de instituciones de salud se pelean la primera atención a los usuarios afectados en accidentes de tránsito. Para quedarse con ese botín en varios municipios del país se está viviendo una guerra de ambulancias en la que, por ejemplo, en Bogotá, la Secretaría de Salud investiga casos en los que les pagan a los operarios de las ambulancias entre 50.000 y 600.000 pesos por cada herido en accidente de tránsito que les lleven. Así, se dan casos en los que los accidentes son atendidos hasta por dos ambulancias al tiempo, afectando a otros ciudadanos que también las necesitan. Para las IPS, es más rentable atender a un paciente del Soat porque el pago de los servicios requeridos se da máximo un mes después, mientras que los pagos de las EPS se demoran 180 días o más.
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