El salario mínimo en Colombia para el 2025 será un tema crucial en las próximas semanas, ya que representantes del Gobierno, gremios empresariales y centrales obreras iniciaron oficialmente las negociaciones. El debate, que debe concluir antes del 30 de diciembre, definirá el aumento que impactará a millones de trabajadores en todo el país.
Según expertos y cifras preliminares, las propuestas de incremento oscilan entre el 5% y el 10%, dependiendo de la postura de cada sector:
Varios aspectos económicos y sociales serán claves en estas negociaciones:
La inflación proyectada para cerrar el 2024 está cerca del 5.2%, mientras que la productividad laboral muestra un leve crecimiento positivo. Esto establece el incremento mínimo permitido por ley.
Más del 90% del tejido empresarial colombiano corresponde a MiPymes, que enfrentan desafíos económicos significativos. Un aumento desproporcionado en el salario mínimo podría comprometer su capacidad para generar empleo formal y competir en el mercado.
Cerca del 50% de los trabajadores en Colombia son informales, y alrededor del 10% gana un salario mínimo. Un aumento significativo podría beneficiar a los sectores más vulnerables, pero también conlleva el riesgo de dificultar la transición de la informalidad a la formalidad laboral.
En los últimos tres años, los aumentos del salario mínimo superaron los dos dígitos:
Estos incrementos respondieron a las altas tasas de inflación registradas en esos años. Sin embargo, para el 2025, se espera un aumento más moderado, cercano al 7%, según proyecciones del Politécnico Grancolombiano.
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El calendario de negociaciones avanza, y se espera que las próximas semanas sean decisivas para definir este aspecto crucial de la economía colombiana.
La definición del salario mínimo 2025 será un reflejo del equilibrio entre las necesidades de los trabajadores y las capacidades del sector productivo. Según Jaime Rojas, del Politécnico Grancolombiano, “un incremento moderado, basado en datos sólidos de productividad e inflación, podría equilibrar las necesidades de los trabajadores sin desestabilizar al sector productivo”.
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