Comer es una de las necesidades básicas para sobrevivir. A través de la comida se consiguen los nutrientes esenciales y la energía que se necesita para realizar todo tipo de actividades. Antes, hay que cocinar los alimentos y para eso las ollas son esenciales.
Este utensilio se encuentra en el top de los más usados en la cocina. Incluso hay quienes llegan a tener sus favoritos, a los cuales le adjudican el buen resultado de sus recetas.
¿Realmente influyen en el sabor?Es algo difícil de saber. Lo que sí es cierto es que se necesita más de una porque tienen diferentes capacidades e incluso funciones. Aquí vas a conocer los diferentes tipos de ollas e identificar cuáles son las que no te pueden faltar.
Tipos de ollas según el material
Los utensilios de cocina pueden estar hechos de una amplia gama de materiales. Estos por supuesto no son elegidos al azar. En el caso de las ollas, se usan aquellas que permiten una mejor conducción del calor y resistentes a las altas temperaturas.
De este tipo hay un par de opciones. Algunos, por supuesto, cumplen mejor que otros, pero en general los materiales idóneos para una batería de cocina son:
- Acero inoxidable. Es un material súper resistente, duradero y el indicado si tu sueño es tener ollas brillantes. Y si hay algo que los hace únicos, es la conducción del calor.
De este material conviene tener una olla multifuncional con la cual puedas hervir agua, hacer pastas, sopas y sartenes para frituras.
- Aluminio. Este tipo de ollas es súper popular en los hogares, en especial por estar hechas de un material que conduce muy bien el calor.
- Hierro fundido. Lo mejor que tienen las ollas de este tipo es que se pueden poner directo al fuego –si te gusta cocinar a la parrilla– o en el horno. Su única desventaja es que es un material pesado, pero de seguro te durarán una eternidad.
- Cerámica. Muy populares y deseadas por ser estéticamente lindas. Aunque son más conocidas por ser antiadherentes y un excelente material para hornear. Un claro ejemplo de una olla multifuncional.
- Ollas de cobre. Al igual que las de cerámica, este es un material que llama la atención por lo visual. Conduce bien el calor, su única contra es que necesitan de un gran cuidado.
En líneas generales cualquiera de estos materiales te dará una buena experiencia de uso. No tienes que quedarte con uno en particular, puedes combinar alguno de ellos así tendrás una olla para cada ocasión.
Ollas según su funcionalidad
El tamaño y/o capacidad así como la forma de las ollas depende mucho de la función para la cual fueron hechas.
Porque no da igual cocinar pasta en un caldero o usar una cacerola para ablandar los frijoles. Tomando en cuenta esto, aquí algunas de las más usadas en la cocina doméstica.
Caldero. Su forma cóncava y su gran asa lo hace ideal para cocinar estofados y legumbres directamente sobre las brasas de leña o carbón.
Cacerola. Ideales para preparar todo tipo de salsas. Son prácticas de usar, esto en parte se debe a su mango largo y ligero, ya que por lo general tienen una capacidad de 2 a 10 litros.
Vaporera. Se utilizan para realizar cocciones en baño de maria o hacer todo tipo de alimentos al vapor, desde verduras hasta carnes.
Olla de presión o express. Tiene un sistema especial el cual se encarga de crear un sello hermético para concentrar el vapor y calor. Esto hace que la temperatura interior sea elevada, se ablanden los alimentos y se cocinen mucho más rápido.
Olla eléctrica programables. Es una especie de híbrido entre una freidora de aire y una olla a presión. El funcionamiento es bastante sencillo, sólo hay que colocar los ingredientes, seleccionar el tipo de cocción (asar, hervir, etc) e indicarle a qué hora deseas que la comida esté lista.
Hay muchos otros estilos de ollas pero sin duda estos son los más prácticos para el día a día.
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