Este lunes festivo en Cali, centenares de indígena se plantaron a la espera de un diálogo con el Gobierno para exigir el cumplimiento de compromisos pactados y en defensa de la vida y de sus tierras, al denunciar que son víctimas constantes de la violencia de grupos armados ilegales.
Los representantes de esas comunidades llegaron en caravanas de «chivas» (autobuses) y se instalaron en el Coliseo del Pueblo a la espera de una respuesta del Gobierno a su solicitud de tratar «temas estructurales» de su lucha social.
Los indígenas exigían que el presidente colombiano, Iván Duque, se reuniera con ellos, pero el mandatario envió una comisión de alto nivel y con poder de decisión conformada por varios ministros y otros altos funcionarios que viajaron desde Bogotá este mismo lunes.
De acuerdo a Aida Quilcué, consejera de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), la «minga» de los indígenas es para «decirle al Gobierno colombiano que tenemos un diálogo pendiente».
Los indígenas comenzaron a reunirse el sábado en la población de Caldono, en el departamento del Cauca, y hoy están en Cali, capital del vecino Valle del Cauca, con la intención de iniciar una caminata hacia Bogotá si el Gobierno no atiende sus peticiones.
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VÍCTIMAS DE GRUPOS ILEGALES
Quilcué cree que lo más importante de las reuniones con el Gobierno es que se pueda dar a conocer «lo que está pasando en los territorios indígenas, afros y campesinos, con relación a la vida, al territorio, la democracia y la paz».
Indicó que más allá de las cifras en inversiones que el Estado ha hecho, lo que piden al Gobierno es hacer énfasis en la protección de los derechos.
Las comunidades indígenas del suroeste de Colombia, principalmente las del departamento del Cauca, son víctimas constantes de la violencia de grupos armados ilegales que buscan apoderarse de sus territorios para la producción y tráfico de drogas.
Otra voz que reclama «protección a la vida y a la cultura de los indígenas» es la de Davis Taicus, del pueblo awá, que se unió a la minga para lo cual viajó a Cali desde el selvático departamento del Amazonas, limítrofe con Perú y Brasil.
«Estoy cansado de ver morir a mi pueblo», dijo, y aseguró que el Gobierno quiere llevar a esta parte del país a las «multinacionales que están acabando con la Amazonía».
En este marco «le decimos al presidente y al Gobierno nacional que estamos reclamando la vida porque nos están matando dentro de los territorios», dijo el viernes pasado el consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), Hermes Pete.
Pete denunció entonces que a las comunidades del suroeste del país las «están masacrando y asesinando culturalmente» por lo que pidió auxilio a las organizaciones de derechos humanos y a la comunidad internacional.
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