No se requiere devolver la rueda de la historia, regresando al nombramiento de los alcaldes por los gobernadores de los departamentos. Lo que hay que cambiar es el colchón, no las sábanas: es necesario modificar esas leyes sobre la participación ciudadana.
Se cumplió el plazo para la inscripción de los aspirantes a ser el próximo alcalde de Cartago, a partir de enero del año entrante. También, las de quienes quieren ser sus concejales. Algunos que se hicieron mencionar en los medios de comunicación, finalmente decidieron no participar en la contienda. Y otros que no aparecían por ninguna parte, sí lo hicieron. Ignoro si a los primeros les dio culillo… y a los segundos culequera. De todas maneras, serán los ciudadanos habilitados para dar su voto los que decidan si éstos tienen calidades y aptitudes para el ejercicio de esas responsabilidades.
Recordemos que esta elección de los alcaldes por los mismos ciudadanos y no por los mandamases departamentales, se recibió con mucha expectativa en todo el país. Los hechos posteriores han motivado en algunos su concepto negativo sobre la bondad de esta participación ciudadana y ya hay quienes han pedido que se reverse y se vuelva al método de los círculos cerrados, en donde solo los caciques políticos -con puerta trancada por dentro- decidan sobre el futuro de unos ciudadanos que ni siquiera conocen y a quienes nunca se les pidió su concepto. Los escándalos de la corrupción con el uso indebido de los dineros públicos, que han ido a parar a las cuentas bancarias de unos pícaros (y unas pícaras) de cuello blanco, han hecho creer que el método de la elección popular de los alcaldes ha fracasado. Yo no lo creo así.
Lo que sí ha sido inútil, es la manera como las propias leyes sobre la participación ciudadana ordenan el mecanismo para revocarle el mandato a los alcaldes que no han cumplido con el programa de gobierno, que entregaron en la misma Registraduría en la que inscribieron su candidatura. Porque hay que recordar que se vota no sólo por el nombre del aspirante, que también por ese programa de gobierno que se comprometió a cumplir. Si esto funcionara, ya serían muchos los primeros mandatarios municipales que habrían tenido que abandonar sus cargos. Pero ha sucedido lo contrario: en ningún municipio colombiano se ha cumplido con la cantidad de votos que necesita esa revocatoria del mandato.
Pero no se requiere devolver la rueda de la historia, regresando al nombramiento de los alcaldes por los gobernadores de los departamentos. Lo que hay que cambiar es el colchón, no las sábanas: es necesario modificar esas leyes sobre la participación ciudadana, que son ahora muy exigentes en el número de votos requeridos. En síntesis: lo que necesita el proceso de descentralización política, administrativa y fiscal es una revisión para dar pasos adelante, no hacia atrás. Colombia no se puede permitir el cuestionable lujo de regresar a épocas ya superadas. Por el contrario, los nuevos aires políticos en todo el mundo demuestran que lo que los ciudadanos quieren es asumir las riendas de sus propios destinos.
Hechas “aquestas” consideraciones (como decía uno de los profesores de mi universidad), entremos a hablar más bien de los aspectos generales del programa de gobierno del ingeniero Benjamín Agrado Restrepo. Lo primero que hay que decir es que -como él mismo lo expresa en este documento- es coherente, factible y realizable. Y ese es un excelente comienzo, porque demuestra su responsabilidad, que no se muestra como un irresponsable populista, prometiendo ríos de leche y miel, cuando las realidades económicas del municipio nos dicen que no es que esté precisamente boyante. Quiere él que Cartago sea territorio de esperanza, respetuoso de su historia y tradiciones, promotor de desarrollo sostenible (que se debe entender como un equilibrio entre lo económico, lo social y lo ambiental), que sea líder y socio estratégico de los municipios vecinos y aliado de los gobiernos central y departamental, asumiendo su condición de capital natural del Norte del Valle.
Mejorando la calidad de vida a partir de la participación ciudadana, sin falsas expectativas, el doctor Agrado nos propone a todos los cartagüeños cinco ejes temáticos para construir el tejido social que aparece hoy rasgado, descosido. Son éstos:
- PRIMERO.- Protección integral de la vida y el desarrollo de la gente.
- SEGUNDO.- La equidad y la inclusión social.
- TERCERO.- El desarrollo económico y la sostenibilidad y la competitividad.
- CUARTO.- La gerencia y gestión eficiente de lo público. Y
- QUINTO.- El desarrollo sostenible y la conservación ambiental en un entorno amable.
Las actividades en todos estos cinco frentes irán dirigidas al bienestar de los 133.086 habitantes del casco urbano y los 1.886 de su área rural, que son distribuidos por edades así:
- Primera infancia: 10.29%
- 6 a 12 años: 8.87%
- Adolescentes: 7.36%
- Adultos de 18 a 58 años: 55.07%
Mayores de 59 años: 18.41% Y todo esto con transparencia, concertación y diálogo, equidad, racionalidad. Y lo que nos inspira más confianza: con independencia de carácter… que lo tiene a borbotones. Vamos a desglosar, a partir de hoy y para que los electores conozcan más y mejor lo que representa la candidatura del ingeniero Benjamín Agrado a la alcaldía de Cartago, lo concerniente a estos cinco ejes temáticos, que tienen como norma guía la construcción del tejido social. Y tengo que reconocer aquí, públicamente, que al leer el programa de gobierno del doctor Benjamín me siento plenamente interpretado como cartagüeño raizal por este hijo, nieto, bisnieto de cartagüeños. Y eso me da mucha, pero muchísima confianza. Él sabe y acepta lo que significa ser el heredero de sus mayores: un compromiso y una responsabilidad… los berracos.
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