CiudadRegion.com | Cartago | 20 OCT 2015 – 7:07 am
Ana Yimena Torres Benjumea, una enfermera guajira con estudios de postgrado en oncología, está convencida de que la tecnología puede ayudar a salvar miles de vidas. Por eso, trabaja desde hace más de un año en el perfeccionamiento de DX Mamapps, herramienta digital que diseñó, y con la cual ha monitoreado los senos de más de 600 mujeres en los departamentos de La Guajira y Cesar. “DX Mamapps ayuda a detectar de forma temprana anomalías que pueden conducir al cáncer de mama, con la toma de imágenes con termografía para analizar el estado de los tejidos, y verificar si hay anomalías”, explicó.
Esta herramienta tecnológica fue apoyada por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), desde su programa Apps.co, que ofreció capacitación a Ana Yimena y a su equipo de trabajo para consolidar este proyecto que, más allá de su impacto social puede tener una gran proyección en el mercado nacional e internacional. Así mismo, cuenta con el respaldo de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), y el reconocimiento de la Universidad Popular del Cesar.
DX Mamapps es un dispositivo provisto de una cámara fotográfica con termografía, es decir, para capturar no sólo imágenes de los cuerpos sino medir sus niveles de calor. “Así se conforma la red neuronal en cada paciente, y se conocen sus patrones de normalidad con datos como tamaño del tórax, forma y densidad de las mamas, y factores como la edad y contextura física. También analiza tejidos óseos, estructuras vasculares y ligamentos”, manifestó Yimena.
Esta mujer de 38 años, nacida en Urumita (La Guajira), cuya voluntad es de hierro, aseguró que el aspecto más innovador de DX Mamapps radica justamente en la capacidad de analizar previamente los patrones orgánicos del usuario para que su monitoreo posterior sea lo más confiable posible. “Cada vez que detecto alguna anomalía, les recalco la importancia de acudir al especialista para determinar si corren algún peligro”, anotó.
Travesía por la región
Desde que era una muchachita de 18 años, Ana Yimena sintió un llamado: entonces supo que tenía que hacer algo por las mujeres de su región para evitar que enfermaran y murieran a causa del cáncer de seno, ya que había estudiado este problema de salud pública que en Colombia es el más común entre las mujeres, y se constituye como principal causa de muerte en pacientes con edad entre 15 y 54 años. Pese a su juventud, visitaba instituciones de salud para alertar a las usuarias frente a esta problemática, y enseñarles cómo practicarse el auto-examen de mamas; incluso, la invitaban a hablar en emisoras locales como Radio Guatapurí, de Valledupar.
Ahora cuenta con el respaldo de un equipo de trabajo: dos programadores informáticos, y una experta temática, con quienes ha viajado por municipios como Camarones (La Guajira) y Atanquez (Cesar) para interactuar con mujeres wayuu, que desconocen los riesgos que corren con esta enfermedad. “Les alerto del peligro y la importancia de saberse palpar las mamas y sus alrededores, esto para detectar alguna masa o estructura rara. Me inquieta la suerte de niñas, jóvenes y mujeres de estas rancherías donde hay tanta pobreza y falta de información”, señaló.
Recuerda que se debe tener en cuenta cualquier cambio en la estructura de los senos, pues podría ser una señal de alerta: endurecimiento, masas o bolitas, hundimientos, y coloraciones extrañas. “Con la yema de los dedos se debe palpar el seno, alrededor de los pezones, con movimientos circulares sin saltarse ningún espacio”, detalló.
Cada vez que Yimena lleva su máquina a los pueblos olvidados de La Guajira y del Cesar, la gente la recibe con cariño. Ella les dice a esas mujeres que DX Mamapps es apenas un primer paso, y que en caso de detectarse algo raro, “lo primero es ir al médico. De lo contrario no servirá de nada”, agregó.
Cierto día, en una ranchería guajira conoció a Clarisa, indígena de 18 años con un leve retraso cognitivo. Según relató Yimena, esto no evitó que la chica se convirtiera en una promotora del auto-examen de mamas que ella les enseñó: “Le dijo a su madre, tías y vecinas cómo era que se debía practicar, e incluso les señaló que debía hacerse ocho días después de la menstruación”, recordó emocionada.
También evocó a una muchacha de 16 años, en este mismo paraje, que por esos días se había convertido en mamá. Tenía los senos inflamados, con mastitis y una severa infección que avanzaba, y pese a esto no había visitado al médico. “Casos así lo frustran a uno, porque si las mujeres no entienden que la salud es lo primero, hay un camino expedito al cáncer de seno”, insistió.
En Colombia, cada año más de 8.686 mujeres desarrollan cáncer de seno, y mueren aproximadamente 2.649 por la misma causa. Se estima que 1 de cada 17 mujeres puede contraer esta enfermedad durante su vida, con probabilidad de morir de 1 por cada 50. “Preocupante que en los últimos 30 años las tasas de mortalidad del cáncer de mama han aumentado más del doble “, se lamentó; y explicó que en el Cesar, por ejemplo, la mortalidad por este mal representó el 22% del total de decesos por cáncer, con un mayor número de casos en mujeres con edades entre los 45 y 59 años según datos de la Secretaria Departamental de Salud del Cesar (2013).
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que anualmente se registran en el mundo 11 millones de casos de cáncer, de los cuales el 80% se localiza en países en vías de desarrollo, 30% de los cuales se consideran casos prevenibles. Informes anuales de la Liga Colombiana Contra el Cáncer dictaminan que en el país fallecen entre 3.000 y 3.500 mujeres por esta razón.
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