Una tarde de pánico vivieron los caleños cuando las autoridades confirmaron la captura de dos hombres que llevaban consigo un maletín cargado con explosivos y listos para hacerlo estallar.
Semejante descubrimiento sucedió este viernes a las 3:50 p. m. cuando la Policía detectó los movimientos sospechosos de dos hombres, en las inmediaciones del Palacio de Justicia, en pleno dentro de Cali.
De inmediato se dispararon las alertas en el complejo judicial y se efectuó una operación de requisa que les permitió descubrir el sorprendente cargamento.
Si bien hasta el cierre de esta nota las autoridades aún no habían precisado la identidad de los capturados y los detalles del artefacto explosivo, este portal tuvo acceso a varios datos reveladores y que muestran la magnitud de la tragedia que se evitó.
Fuentes de la Fiscalía señalaron que en el maletín que llevaban los sospechosos había cinco tacos de Indugel AP Plus. Cada uno contenía 250 gramos del letal explosivo. Además, tenían dos detonadores eléctricos y dos tarros de leche con dos kilos de explosivo cada uno.
Eso quiere decir que los delincuentes pretendían hacer estallar un total de cinco kilos de explosivo y todo indica que el objetivo sería el Palacio de Justicia.
Si bien por ahora no existen hipótesis sobre si ese atentado se le puede endilgar a una organización subversiva o banda criminal, lo que sí analizan las autoridades es que probablemente con esos explosivos pretendían causar pánico en el sector para facilitar la fuga de unos presos.
Esa tesis surgió luego de que las autoridades analizaran que a esa hora el Inpec trasladaría a varios reclusos hacia el complejo judicial, para que asistieran a las audiencias. Lo que aún se mantiene en reserva es el perfil de los presos, si eran narcotraficantes, miembros de alguna banda criminal o subversivos.
Más allá de esos detalles, lo cierto es que los caleños acaban de salvarse de un sangriento atentado que habría repetido la triste historia del ataque con un carro bomba que esa misma edificación sufrió en septiembre de 2008.
En su momento los delincuentes usaron 80 kilos de explosivos que detonaron a la medianoche de ese domingo y causó la muerte de cuatro personas, destruyó el complejo judicial y millonarios destrozos en toda la manzana.
En su momento las investigaciones arrojaron que el atentado lo ordenó las FARC, el cual fue ejecutado por bandas delincuenciales de Cali que prestan sus servicios a distintas organizaciones criminales.
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