De sus 75 años de edad, don José Alberto Caña, un virginiano de corazón, llevaba casi 7 esperando una casa nueva en reemplazo de la que perdió a causa de los estragos que dejó la ola invernal en el año 2010 en el puerto dulce de Risaralda.
La triste historia de “Cañitas”, como es conocido en La Virginia, empezó cuando su esposa lo abandonó hace ya muchos años con un hijo pequeño y luego de esta dura situación llegó el invierno para arrebatarle lo único material que tenía, su casa ubicada en el barrio El Progreso, un sector vulnerable y que desde el año 2010 empezó a verse afectado por el invierno de manera drástica. Fue entonces en uno de esos días de intensa lluvia, cuando la naturaleza le jugó una mala pasada.
“Cañitas”, como la mayoría de personas que habitaban este barrio, fueron reubicados de manera transitoria en el albergue conocido como Villa Pava, allí contaban con el apoyo de los gobiernos nacional y departamental de la época, que se esforzaban por darle solución pronta a estas personas, pero no fue posible lograrlo en corto tiempo.
Él y los demás afectados, llevaban 4 largos años viviendo en este refugio, el que ya había dejado de ser temporal y se había convertido casi que en definitivo, cuando un día como si fuera poco para él y su hijo, el destino les volvió a ‘jugar sucio’, el albergue se incendió y nuevamente perdió lo poco que había logrado recuperar con esfuerzo, pero lo más triste fue que esta vez, además de su techo, la tragedia se llevó a su perro que murió incinerado a causa de la catástrofe.
Después de este lamentable hecho, 10 familias contando la suya, fueron ubicadas nuevamente en otro refugio improvisado en la Escuela Simón Bolívar, donde ha sobrevivido 3 difíciles años dentro de un salón de clase, con dos colchones, un pupitre improvisado como cocina y con la cancha de la institución como patio para ver crecer a su hijo.
Las 10 familias que llegaron a este segundo albergue, fueron postuladas para acceder a vivienda gratuita en el proyecto Bosques de la Milagrosa I, todas salieron favorecidas, pero lamentablemente como lo cuenta “Cañitas”, por un error humano y como ley del destino él fue la excepción, “una de las personas de esa época que estaba encargada de hacer los trámites, puso mal los documentos de mi hijo y al momento de asignar las viviendas, nosotros nos quedamos por fuera porque no coincidían con los datos reales de los listados en los que llevaba años inscrito”.
Así se quedaron él y su hijo viviendo en el albergue, pues las demás familias recibieron sus viviendas nuevas en el año 2014, pero de las 328 que se construyeron, 3 de ellas no fueron habitadas, 2 fueron rechazadas por sus beneficiarios, no quisieron recibirlas y la otra restante era la que le correspondía a “Cañitas”, a la cual no pudo acceder en su momento.
“Luego de 2 años que lleva el proyecto habitacional de haber sido donado a las familias propietarias, hoy pudimos entregarle de manera oficial su vivienda a don José Alberto “Cañitas”, pues gracias a la gestión incansable que hemos adelantado desde la Promotora de Vivienda, se retomó su caso y debido a que estaba en la lista de espera, pudo postularse nuevamente, se hicieron los trámites pertinentes, esta vez sin errores y por fin le hemos cumplido el sueño de tener un hogar digno para él y su hijo”, dijo Carlos Alfonso Echeverri Cardona, gerente Promotora de Vivienda de Risaralda.
Otra familia feliz
La otra beneficiada con casa propia fue doña Beatriz Jaramillo, una mujer de 55 años de edad, también damnificada por la ola invernal del año 2010 y quien había sido postulada para recibir vivienda, a causa de que la casa donde estaba reubicada, en el barrio Alfonso López de La Virginia, se encuentra en zona de riesgo no mitigable, ella y su hija menor recibieron este regalo de navidad gracias a la buena gestión de la Gobernación de Risaralda a través de la Promotorade Vivienda.
“Me siento muy feliz por mi casita, gracias a todos los que nos hicieron posible este sueño, nunca olvidaremos esto que estuvimos esperando por casi 7 años”, expresó la feliz beneficiaria.
Dato de interés
En 2016 la Gobernación de Risaralda, a través de la Promotora de Vivienda entregó 292 viviendas, así:
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