Los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío han dado un importante paso en el desarrollo de la infraestructura vial del país al aceptar la construcción de la doble calzada Calarcá-La Paila, un proyecto estratégico para la conectividad del Eje Cafetero con el resto de Colombia. Sin embargo, esta aceptación no estuvo exenta de condiciones y solicitudes específicas que buscan garantizar el equilibrio entre desarrollo, sostenibilidad financiera y beneficios para las comunidades locales.
La construcción de la doble calzada Calarcá-La Paila es un proyecto que se enmarca dentro de la visión de consolidar al Eje Cafetero como una de las principales regiones de conectividad vial en Colombia. Según el documento enviado a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) el pasado 22 de enero, los representantes de estos departamentos destacaron la importancia estratégica del Eje Cafetero como «la gran glorieta nacional», donde confluyen varias obras de infraestructura de alto impacto para el país.
El proyecto no solo busca mejorar el flujo vehicular en este importante corredor vial, sino también promover el desarrollo económico de la región al facilitar el comercio y el turismo.
Aunque los dirigentes de Caldas, Risaralda y Quindío han mostrado su apoyo al proyecto, pidieron a la ANI revisar aspectos fundamentales para garantizar que la implementación sea equitativa y no perjudique a los habitantes de la región. Entre las principales solicitudes destacan:
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Listado completo de peticiones:
El consenso alcanzado entre los dirigentes de Caldas, Risaralda y Quindío se logró gracias a reuniones con líderes como Uriel Orjuela, presidente del Comité Intergremial del Quindío, y la colaboración de instituciones públicas y privadas. Este acuerdo es un reflejo del compromiso de la región por garantizar un desarrollo vial que no solo conecte al Eje Cafetero con el resto del país, sino que también sea equitativo y sostenible para las comunidades locales.
El documento firmado por los representantes de los tres departamentos subraya que el desarrollo vial debe ir de la mano con la convergencia regional, asegurando que los recursos recaudados se reinviertan en beneficio de los habitantes del Eje Cafetero y no en proyectos de otras regiones.
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