En los últimos días, la inseguridad en la zona rural del Quindío ha generado preocupación tanto entre los habitantes locales como entre los visitantes, especialmente en el corregimiento de Pueblo Tapao, en el municipio de Montenegro. La situación se ha agravado debido a una serie de incidentes delictivos que han afectado directamente a los turistas, lo que plantea la pregunta: ¿afectará estos hechos el turismo rural en el Quindío?
Uno de los hechos más alarmantes ocurrió hace poco más de una semana, cuando un grupo de hombres fuertemente armados ingresó a una finca-hotel turística en el corregimiento de Pueblo Tapao, un destino conocido por su belleza natural y su atractivo para el turismo rural. En el incidente, los delincuentes atracaron a 12 turistas, de los cuales 7 eran extranjeros y 5 colombianos, quienes habían viajado al Quindío en busca de descanso.
Los ladrones se llevaron joyas, teléfonos celulares, dinero en dólares y pesos colombianos, además de computadoras portátiles y otros objetos de valor. Lo más preocupante de este suceso es que, según uno de los afectados, el hecho no fue reportado oficialmente a las autoridades para no generar un impacto negativo en la imagen del turismo rural en la región. Sin embargo, la gravedad del hecho no puede ser ignorada.
Este no fue un caso aislado. Durante el último fin de semana, otros dos hechos violentos sacudieron la tranquilidad de la zona rural del Quindío. En la vereda El Congal, en Filandia, dos hombres en motocicleta ingresaron a una finca y asesinaron a una pareja de manera brutal, dejando además herido a un tercer hombre. Filandia, conocida por sus paisajes cafeteros y su encanto colonial, ha sido golpeada duramente por este tipo de actos violentos que ponen en jaque la percepción de seguridad.
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Otro incidente se reportó en el mismo Pueblo Tapao, en la finca San Paulo, donde hombres armados ingresaron y asesinaron al administrador del predio. La reiteración de estos actos delictivos en un corto período ha generado una profunda inquietud en la población, ya que ninguno de los casos ha resultado en capturas por parte de la Policía.
A pesar de que en el departamento del Quindío hay desplegados alrededor de 1.700 hombres de la Policía, incluyendo los Carabineros rurales que tienen la misión de garantizar la seguridad en las fincas, la ola de criminalidad en las zonas rurales no ha cesado. Estos hechos han puesto en tela de juicio la efectividad de las medidas de seguridad implementadas hasta el momento.
El aumento de la delincuencia en áreas rurales no solo afecta a los residentes, sino que también plantea un desafío significativo para la industria turística del Quindío, un sector clave en la economía regional. Los turistas, especialmente aquellos que buscan experiencias en fincas rurales y cafetales, podrían reconsiderar sus viajes si perciben que su seguridad está en riesgo.
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