Los sistemas que recogen las aguas lluvia y residuales están afectadas por el taponamiento de las redes, que al sobrecargarse desencadenan inundaciones, las cuales inciden en la congestión vehicular, la movilidad y hasta la salud de las personas.
De esta manera lo explicó Irene Seco, investigadora de la Universidad de Padua (Italia) y docente de la Universidad Politécnica de Cataluña (España), durante el curso de actualización en Análisis de Redes de Alcantarillado, celebrado esta semana en la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales.
Según la experta, “las ciudades crecen en altura, y a medida que esto sucede, tienden a desaparecer las zonas verdes. Así se pasa por alto que estos espacios naturales sirven para filtrar las aguas lluvias”.
La problemática, enfatizó la profesora Seco, radica en que las ciudades se vuelven impermeables a raíz de esas prácticas excesivas de pavimentarlo todo. “De esta manera, se genera una corriente de agua que va al sistema de alcantarillado, algunos, con muchos años de antigüedad, y los sobrecarga al punto de colapsar porque a efectos de la presión el líquido busca la manera de salir”.
Al respecto, también se refirió la profesora Janeth Zambrano, del departamento de Hidráulica de la U.N., e integrante del grupo de Investigación Flumen de la Universidad Politécnica de Cataluña, quien considera que este problema es cultural. Además, recordó, la basura lanzada a la calle se filtra por las rejillas de los sumideros.
“Esa costumbre genera taponamiento del sistema, porque cuando llueve la corriente de agua arrastra demasiada basura, la cual termina en los sumideros que se conectan a la red de alcantarillado por un embudo. Por eso vemos que el agua en ciertos casos se devuelve por los sanitarios”, advirtió la docente que estuvo al frente de la capacitación que hace parte del Posgrado de Hidráulica y Ambiental.
Alto costo.
Las expertas coincidieron en señalar que la problemática está presente en la gran mayoría de ciudades del mundo, y las de mayor riesgo son aquellas cuyo crecimiento urbanístico es más grande y por tanto se encuentran sometidas a mayores presiones.
No obstante, precisaron que las consecuencias varían por efectos del tamaño y antigüedad de las redes, por el mantenimiento preventivo realizado y la topografía de las ciudades.
“No es lo mismo hablar de Manizales, donde el agua corre a otra velocidad por estar en ladera, a otra capital con topografía plana. También, el tamaño en población y en extensión es otro factor que influye para la sobrecarga del sistema”, anotó Zambrano.
La problemática, poco analizada porque corre por debajo de las ciudades, reviste daños en la salud de la población debido al contenido biológico, químico o descompuesto, por eso se debe tener en cuenta que el sistema de alcantarillado reúne toda el agua residual de industrias, casas, colegios, etc.
“Lo que puede alterar el sistema inmune de las personas que entran en contacto con esas aguas. Pero este también es un problema de infraestructura, social, cultural y político, porque en particular, las autoridades poco invierten en su mantenimiento o en su renovación”, concluyeron las investigadoras.
El problema se puede erradicar al emplear un sistema de drenaje sostenible con zanjas, techos verdes y canaletas, que recojan el agua hasta llevarla a un tanque de almacenamiento.
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