Haciendo memoria, el uribismo trataba de “traidores a la patria” a quienes iban al exterior a hablar mal de su gobierno
Según reveló el noticiero CM& el jueves en la noche en sus notas confidenciales del 1, 2, 3, durante una reciente visita a Madrid (España), el expresidente Álvaro Uribe dictó una conferencia en la que dijo que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos había caído en manos del comunismo, que la situación en el país era peor que la de Venezuela y que las elecciones pasadas se las habían robado. Y que cuando un empresario asistente le preguntó si entonces no valía la pena invertir en Colombia, le respondió: “Sí, pero en el año 2018, cuando regresaremos al poder”.
Un pronunciamiento que no pasaría de ser más que anecdótico, enmarcado dentro de la llamada “resistencia civil” que desde hace varias semanas adelanta el Centro Democrático en oposición al proceso de paz que adelanta el Gobierno con las Farc en La Habana, de no ser porque en el pasado, cuando el uribismo estaba en el poder, hubo hechos similares con dirigentes políticos que expusieron con dureza en escenarios internacionales sus críticas al gobierno de turno y que fueron calificados hasta de “traidores a la Patria” por parte de los seguidores del ahora exmandatario.
Toca volver a recordarlo. En marzo de 2007, la entonces senadora liberal Piedad Córdoba, en un foro en Ciudad de México, les pidió a los “gobiernos progresistas” de América Latina romper relaciones diplomáticas con Colombia. “Nadie puede dudar en Colombia y el extranjero que existe un vínculo claro entre los paramilitares y la cabeza del Gobierno. Todos los caminos del paramilitarismo conducen a Uribe, un presidente paramilitar”, dijo Córdoba. El uribismo entró en cólera y muchos acusaron de “apátrida” a la congresista, por “andar hablando mal del país”. Y no faltó quien pidiera su condena judicial.
Lo mismo le sucedió a varias organizaciones de derechos humanos y de izquierda que entre 2002 y 2010, en los dos mandatos de Uribe, se pasearon por Europa y otros países como Estados Unidos y Canadá, denunciando la persecución y los atropellos del Gobierno y las fuerzas del Estado, con encarcelamientos, desapariciones y asesinatos. De hecho, desde un comienzo, se conoció que una de las estrategias de la Seguridad Democrática apuntó a “contrarrestar la labor de las ONG en el exterior” y hasta el ministro del Interior de la época, Fernando Londoño, definió a dichas organizaciones como “aparatos subversivos no armados”.
Pero resulta que la política es cambiante y el uribismo está hoy en la oposición. Ahora es el exmandatario el que expone en el exterior sus puntos de vista en contra del gobierno Santos. Y en un país tan polarizado en torno al tema de la paz, las respuestas en las redes sociales no se han hecho esperar. “Hablar mal del Gobierno de Colombia es hablar mal del país, unámonos y trabajemos por una Colombia mejor”; “Usted será recordado como el paramilitar que nunca quiso desmovilizarse y que se opuso a la paz”; “No más guerra, no más Uribe”, le contestaron en Twitter.
Eso sí, no se conoce hasta el momento respuesta desde la Casa de Nariño. Aunque cabe decir que en 2014, el mismo presidente Santos exteriorizó su sentir por los pronunciamientos que ya hacía el exmandatario en contra del proceso de paz en sus conferencias en el extranjero. “Es muy triste que cuando el país está en una situación tan positiva, en donde la economía está creciendo, donde estamos generando empleo, donde estamos cerrando las brechas, donde estamos dándoles más oportunidades a los colombianos, hay algunos que quieran aguar la fiesta. Y se van al exterior a hablar mal del país”, dijo.
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