Se termina el año 2019, y con él, esperemos, deben terminar también algunas taras que nos han acomplejado a los Cartagüeños y Nortevallecaucanos, desde el siglo XIX.
Pronto iniciará el año 2020, un año que promete ser de buenos augurios para nuestra ciudad y nuestra región, un nuevo año en el que debemos superar los miedos e inseguridades que nos afligen y no nos dejan ver el panorama completo del Norte del Valle del Cauca, sin duda alguna, es el momento de dejar atrás esos temores y apatías para reconocernos como lo que debemos ser, un Departamento independiente: El Departamento de Quimbaya.
Algunos de esos temores, inseguridades y apatías que nos han inculcado desde Cali, son las siguientes:
Primero, que a partir de la Colonización Antioqueña, el Norte del Valle del Cauca, es el hijo del vecino, y al hijo del vecino no se le reconoce nada, ni siquiera su cultura Antioqueña.
Segundo, que somos un pueblo inculto, peligroso y violento, que solo merecemos salir en las páginas de los periódicos Caleños o en las noticias de Telepacífico, cuando se presentan asesinatos, masacres o cualquier otro delito.
Tercero, que solo pueden gobernarnos en el Norte del Valle del Cauca, los más corruptos y los menos interesados en nuestro desarrollo.
Cuarto, que los gobernantes locales de Cartago y del Norte del Valle del Cauca, que se destacan por su honestidad y excelente capacidad de gestión, deben someterse a las limitaciones impuestas por sus jefes políticos caleños a quienes no les interesa el desarrollo más al norte de la ciudad de Buga (si mucho).
Quinto, que no merecemos tener una universidad pública propia de Cartago y del Norte del Valle del Cauca.
Sexto, que solo somos una sub región y que con eso debemos conformarnos como si no tuviéramos criterio ni capacidad para autogobernarnos.
Este año 2020, debe ser el año en que cambiemos nuestra visión del Norte del Valle del Cauca, básicamente, debemos ver más allá y proyectarnos como un nuevo Departamento, El Departamento de Quimbaya; con unas políticas que nos permitan el desarrollo a todo nivel.
La Creación de la Universidad de Cartago, del Instituto de Arte y Cultura, de la escuela de oficios varios, del terminal de transporte intermunicipal, la optimización del Aeropuerto de Santa Ana, la creación de una zona franca y su plataforma logística, la incorporación plena de Cartago a la Ciudad Región del Eje Cafetero y a sus macro proyectos: tren de cercanías, por ejemplo; La creación del área metropolitana de Cartago, una política para el desarrollo rural sostenible en todo el norte, el impulso al turismo y a la economía naranja en todos nuestros municipios, y otros, que nos permitan ser lo queremos ser, una región próspera y desarrollada, inmersa en nuestra Cultura Paisa y Cafetera, un Departamento con capacidad de convertirse en ejemplo para otras regiones, que solo viven de la migajas que caen de la mesa de sus capitales.
Se termina este año 2019, y surge una pregunta: ¿Nuestros nuevos gobernantes locales del Norte del Valle del Cauca estarán a la altura de este reto histórico o simplemente, se conformarán con seguir las orientaciones que, desde Cali, se reparten politiqueramente, por todo el Departamento del Valle del Cauca? Eso, ya lo veremos.
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