La temporada de lluvias en Colombia, especialmente en la región Andina y partes de la región Pacífica, podría intensificarse en los próximos meses. Según los informes meteorológicos recientes, las probabilidades de aumento en las precipitaciones durante el mes de agosto oscilan entre un 10% y un 30%, lo que podría tener un impacto significativo en el clima y las actividades agrícolas de la región.
El mes de julio ha sido testigo de un comportamiento climático atípico, especialmente en la región Andina. Este periodo, tradicionalmente parte de la segunda temporada de menores lluvias, presentó déficit de precipitaciones en varias cuencas importantes como Amaime, El Cerrito, Zabaletas, Guabas y Guachal. Estas disminuciones en las lluvias se tradujeron en bajos caudales en ríos como el Amaime y el Fraile. De manera similar, la cuenca del río La Paila en el norte del departamento también mostró una significativa reducción en las lluvias.
En contraste, la región Pacífica mantuvo un comportamiento normal de lluvias, acumulando 314,5 mm durante julio. Este comportamiento divergente entre las regiones resalta las complejidades del clima en Colombia, donde las condiciones pueden variar considerablemente en diferentes áreas geográficas.
Durante el mes de julio, las temperaturas en varias partes del país alcanzaron niveles altos, especialmente en estaciones como La Paila, Candelaria y Cascajal, donde los termómetros marcaron hasta 38 °C. Estas altas temperaturas, combinadas con la disminución de las lluvias, crearon condiciones secas que acentuaron la aridez en gran parte de la región Andina. Las temperaturas promedio fluctuaron entre 24°C y 28°C, mientras que las temperaturas mínimas estuvieron entre los 17°C y 21°C, un reflejo típico de la temporada seca en esta época del año.
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La situación hídrica en julio también mostró signos de estrés. Las estaciones ubicadas en ríos tributarios como el Amaime, Fraile y La Paila registraron disminuciones en los caudales, con reducciones que oscilaron entre el 30% y el 60% en comparación con los promedios históricos de julio. Sin embargo, ríos como el Guadalajara y el Tuluá presentaron incrementos en sus caudales, con variaciones positivas que iban del 10% al 100%, lo que sugiere un comportamiento mixto en los cuerpos de agua de la región.
Con miras al futuro, el fenómeno de La Niña podría convertirse en una realidad para Colombia a partir de octubre de 2024. Los modelos climáticos actuales indican una probabilidad del 81% de que se desarrolle este fenómeno durante el trimestre octubre-diciembre, y un 66% para el periodo enero-marzo de 2025. La llegada de La Niña podría intensificar las lluvias, especialmente durante la segunda temporada de lluvias que alcanzará su pico entre octubre y noviembre, antes de cesar a inicios de diciembre.
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